Una grave denuncia muestra la magnitud y el poder del microtráfico que hizo metástasis en Bogotá. Encerrados en sus propias cuadras están los habitantes de 11 barrios, secuestrados por este flagelo.
Autosecuestrados es un término que usan los mismos ciudadanos de zonas en la localidad de Kennedy que tuvieron que encerrarse con rejas para poder aislar sus casas de las ollas de microtráfico que se tragaron sus barrios.
«Estamos autosecuestrados porque nos tocó de nuestros propios bolsillos enrejar las cuadras para que no nos invadan nuestros andenes y salidas de los hogares«, reclamó un habitante.
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Incluso, un jardín infantil de la zona quedó encerrado entre los carreteros, habitantes de calle y venta y consumo de drogas.
«Sufrimos para sacar un niño a estudiar, un enfermo al hospital, no puede entrar una ambulancia ni un carro de bomberos y, si uno les dice algo, hay agresión verbal y física», sostuvo el habitante.
Los ciudadanos tienen que trabajar fuera de su calle y atravesar todos los días las ollas de microtráfico.
«Estamos secuestrados en nuestras propias viviendas, no podemos salir ni entrar sin ser amenazados, no podemos descansar, no hay tranquilidad en ningún momento del día», agregó el ciudadano.
Y ni siquiera las rejas han evitado que sus hogares tengan contacto con el consumo de drogas todos los días.
«No hay por dónde pasar, a la gente le tocó encerrarse con rejas y eso no es suficiente. El microtráfico y la venta de estupefacientes aquí es a diario, las 24 horas, y no hay control, no hay autoridad, no hay nada», señaló otro habitante.
Hay fallos judiciales que protegen los derechos de los ciudadanos y que por años han ordenado la recuperación del espacio, pero contrario a eso, las ollas se reproducen a toda velocidad por dicho sector.
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Sobre esta delicada situación que se presenta en Kennedy, cerca de Corabastos, el concejal Óscar Ramírez indicó que «esto es muy grave. Más de 12 mil hogares tienen acceso a una olla de microtráfico. Aquí prácticamente la olla se comió los barrios de la localidad de Kennedy».