La salsa perdió a uno de sus hijos más ilustres, Jairo Varela, el artífice de una lista de éxitos que le dieron renombre internacional a la salsa colombiana y convirtieron la palabra ‘Niche’ en una institución. Una página imperdible en Radio Nacional de Colombia.
Con la realización de Jaime Andrés Monsalve, escritor, investigador y jefe musical y cultural de Radio Nacional de Colombia; y Robert Téllez, periodista y difusor del género, investigador, escritor y director del programa Conversando la Salsa, esa huella del genio de Varela se oirá en un viaje de seis horas, que irá desde su primera producción Al pasito, publicada en 1979 por Discos Daro; hasta el álbum 40 aniversario, que obtuvo los premios Grammy Latino y Grammy Anglo en 2020 y 2021, respectivamente.
Sin ser el precursor de la salsa en Colombia, afirma el experto, Varela sí es el exponente salsero colombiano que ha llegado más lejos. “Con esas cinco letras, Niche, cambió el rumbo de la salsa hecha en nuestro país y la puso a un nivel de respeto internacional. Logró fundar, dirigir y exhibir la orquesta estandarte de la salsa hecha en Colombia y su obra lo llevó a convertirse en un ícono, en una leyenda”, comenta Téllez.
Aún hoy, ya fallecido, el tema Algo que se quede es récord en YouTube con 100 millones de reproducciones, histórico para una canción de salsa en esa plataforma y cerrará el especial en el que, además, se escucharán voces de varios de los integrantes que pasaron por Niche en más de 40 años, como Álvaro Cabarcas ‘Pelusa’, Diego Galé, Charlie Cardona, Álvaro del Castillo, Willy García, Javier Vásquez, Oswaldo Román, Óscar Iván Lozano y José Aguirre, actual director, entre otros, que contarán experiencias vividas al lado de Varela.
Sabor y poesía
Por sí solos, los títulos de Jairo Varela son un colorido relato social y costumbrista que Robert Téllez describe como una obra diversa que tiene romanticismo, picardía, jocosidad y mensaje social reflexivo, con un excelente tratamiento del lenguaje.
Su trascendencia era difícil de presagiar para Willy Vergara, productor, programador y locutor de Radio Nacional, quien lo conoció a comienzos de los años 80 cuando Varela lo llamó para pedirle que hicieran una presentación en su club. Ya tenía conformada una banda y tocaban en algunos sitios en el centro. “En ese entonces no era famoso ni estaba el grupo Niche, vivía en el barrio Santa Fe y recuerdo que fui por él y le ayudé a recoger todo el equipo y los amplificadores”.
Así se formó una amistad que lo llevó a presentaciones en fiestas privadas y casas de amigos. Era un joven humilde y sencillo a quien describe como impresionante cuando muchos años después se lo encontró en Miami en un festival y vio todo lo que había logrado con sus composiciones y cómo le cambió la vida. “Es un ejemplo de cómo desde abajo alguien crece por su capacidad y talento”.
Luisa Piñeros, periodista musical de Radio Nacional, asegura que Varela tenía la capacidad de leer el mundo, la naturaleza y las emociones y traducirlas en poemas bailables. Cuando apareció, a finales de los 70, se vivía un movimiento con una salsa incipiente en Colombia y él, a su estilo, con la fuerza y el sabor del Pacífico chocoano, tradujo su visión del mundo y la vida y lo puso con mucha habilidad dentro de ese proyecto.
“Tenía una gran capacidad para absorber, mirar, estar y componer desde lo real y lo cotidiano. Por eso canciones como Cali pachanguero son un himno, creo que era un ‘callejero’, un tipo de barrio que además era muy creativo y visionario, cercano a la gente, de clase popular, del sancocho, la puerta abierta, el saludo al amigo y el vecino, del solar y atardeceres caleños. Cuando el artista vive, explora y tiene esa empatía, conecta más fácil”.
Poniéndole oído a las voces
Varela también era un nostálgico que plasmó eso en su obra y alguien muy disciplinado en el manejo de su orquesta. Y, como si fuera poco, a todo eso sumó una capacidad que todos le alaban: la precisión con la que elegía los integrantes del grupo, en especial, las voces, dice Willy Vergara.
Y Piñeros coincide: “No cualquiera podía ponerle sentimiento a Una aventura ni cantar Nuestro sueño. Es algo a lo que, quien escuche a Niche, debe prestarle mucha atención, tanto en los clásicos de hace 30 o 40 años, como en lo que hace hoy la nueva formación”.
De la mano de Varela el Grupo Niche marcó varios hitos. Por ejemplo, hasta el año 2012, cuando falleció, ya se había presentado 17 veces en el Madison Square Garden, de Nueva York, cuenta Robert Téllez, “eso es algo que pocos pueden contar”. Y su repertorio es tan rico que elegir un tema es una injusticia.
“Si se trata del más importante, sin duda creo que es Cali pachanguero -dice Téllez-. Con distintas épocas y distintos sonidos y según el arreglista que utilizara Varela, en cualquier escenario del mundo lo interpretan, uno lo encuentra en un quiosco, una discoteca o un taxi. Fue elegido el tema oficial de la Feria de Cali en 1984, cuando fue lanzado dentro del repertorio del álbum No hay quinto malo, cantando Moncho Santana. Y nuevamente en 2012, como un homenaje a Jairo Varela luego de su fallecimiento y grabado en inglés con la voz de Tito Gómez para la película Salsa en 1988, versión que solo puede ser conseguida en el Soundtrack original de la película”.
Aparte, recuerda que en 2018 Cali Pachanguero fue incluido en el puesto 27 entre las 50 canciones más importantes de la historia de la música latina, según un análisis de la revista Billboard.
Mi Valle del Cauca, dice Willy Vergara. “Es una lección de geografía musical que recorre todo el departamento y muestra el talento y la facilidad con que componía, arreglaba y hacía sonar su música Varela”.
Entre tanto, Luisa Piñeros se inclina por Sin sentimiento y Busca por dentro. “Están guiadas por algo sobrenatural, vienen de otras esferas. Jairo estaba conectado con las musas a un nivel muy elevado para hablar del amor de esa manera. Y si es para bailar, Cali Pachanguero, una canción que define una ciudad y una cultura y sigue vigente 30 años después, esa es la magia de Varela”.
Cuando se trata de poner salsa de Niche, hay para todos los gustos porque Varela sabía la fórmula para hacer de sus composiciones algo universal y por eso el Niche sigue sonando.
Con la realización de Jaime Andrés Monsalve, escritor, investigador y jefe musical y cultural de Radio Nacional de Colombia; y Robert Téllez, periodista y difusor del género, investigador, escritor y director del programa Conversando la Salsa, esa huella del genio de Varela se oirá en un viaje de seis horas, que irá desde su primera producción Al pasito, publicada en 1979 por Discos Daro; hasta el álbum 40 aniversario, que obtuvo los premios Grammy Latino y Grammy Anglo en 2020 y 2021, respectivamente.
Sin ser el precursor de la salsa en Colombia, afirma el experto, Varela sí es el exponente salsero colombiano que ha llegado más lejos. “Con esas cinco letras, Niche, cambió el rumbo de la salsa hecha en nuestro país y la puso a un nivel de respeto internacional. Logró fundar, dirigir y exhibir la orquesta estandarte de la salsa hecha en Colombia y su obra lo llevó a convertirse en un ícono, en una leyenda”, comenta Téllez.
Aún hoy, ya fallecido, el tema Algo que se quede es récord en YouTube con 100 millones de reproducciones, histórico para una canción de salsa en esa plataforma y cerrará el especial en el que, además, se escucharán voces de varios de los integrantes que pasaron por Niche en más de 40 años, como Álvaro Cabarcas ‘Pelusa’, Diego Galé, Charlie Cardona, Álvaro del Castillo, Willy García, Javier Vásquez, Oswaldo Román, Óscar Iván Lozano y José Aguirre, actual director, entre otros, que contarán experiencias vividas al lado de Varela.
Sabor y poesía
Por sí solos, los títulos de Jairo Varela son un colorido relato social y costumbrista que Robert Téllez describe como una obra diversa que tiene romanticismo, picardía, jocosidad y mensaje social reflexivo, con un excelente tratamiento del lenguaje.
Su trascendencia era difícil de presagiar para Willy Vergara, productor, programador y locutor de Radio Nacional, quien lo conoció a comienzos de los años 80 cuando Varela lo llamó para pedirle que hicieran una presentación en su club. Ya tenía conformada una banda y tocaban en algunos sitios en el centro. “En ese entonces no era famoso ni estaba el grupo Niche, vivía en el barrio Santa Fe y recuerdo que fui por él y le ayudé a recoger todo el equipo y los amplificadores”.
Así se formó una amistad que lo llevó a presentaciones en fiestas privadas y casas de amigos. Era un joven humilde y sencillo a quien describe como impresionante cuando muchos años después se lo encontró en Miami en un festival y vio todo lo que había logrado con sus composiciones y cómo le cambió la vida. “Es un ejemplo de cómo desde abajo alguien crece por su capacidad y talento”.
Luisa Piñeros, periodista musical de Radio Nacional, asegura que Varela tenía la capacidad de leer el mundo, la naturaleza y las emociones y traducirlas en poemas bailables. Cuando apareció, a finales de los 70, se vivía un movimiento con una salsa incipiente en Colombia y él, a su estilo, con la fuerza y el sabor del Pacífico chocoano, tradujo su visión del mundo y la vida y lo puso con mucha habilidad dentro de ese proyecto.
“Tenía una gran capacidad para absorber, mirar, estar y componer desde lo real y lo cotidiano. Por eso canciones como Cali pachanguero son un himno, creo que era un ‘callejero’, un tipo de barrio que además era muy creativo y visionario, cercano a la gente, de clase popular, del sancocho, la puerta abierta, el saludo al amigo y el vecino, del solar y atardeceres caleños. Cuando el artista vive, explora y tiene esa empatía, conecta más fácil”.
Poniéndole oído a las voces
Varela también era un nostálgico que plasmó eso en su obra y alguien muy disciplinado en el manejo de su orquesta. Y, como si fuera poco, a todo eso sumó una capacidad que todos le alaban: la precisión con la que elegía los integrantes del grupo, en especial, las voces, dice Willy Vergara.
Y Piñeros coincide: “No cualquiera podía ponerle sentimiento a Una aventura ni cantar Nuestro sueño. Es algo a lo que, quien escuche a Niche, debe prestarle mucha atención, tanto en los clásicos de hace 30 o 40 años, como en lo que hace hoy la nueva formación”.
De la mano de Varela el Grupo Niche marcó varios hitos. Por ejemplo, hasta el año 2012, cuando falleció, ya se había presentado 17 veces en el Madison Square Garden, de Nueva York, cuenta Robert Téllez, “eso es algo que pocos pueden contar”. Y su repertorio es tan rico que elegir un tema es una injusticia.
“Si se trata del más importante, sin duda creo que es Cali pachanguero -dice Téllez-. Con distintas épocas y distintos sonidos y según el arreglista que utilizara Varela, en cualquier escenario del mundo lo interpretan, uno lo encuentra en un quiosco, una discoteca o un taxi. Fue elegido el tema oficial de la Feria de Cali en 1984, cuando fue lanzado dentro del repertorio del álbum No hay quinto malo, cantando Moncho Santana. Y nuevamente en 2012, como un homenaje a Jairo Varela luego de su fallecimiento y grabado en inglés con la voz de Tito Gómez para la película Salsa en 1988, versión que solo puede ser conseguida en el Soundtrack original de la película”.
Aparte, recuerda que en 2018 Cali Pachanguero fue incluido en el puesto 27 entre las 50 canciones más importantes de la historia de la música latina, según un análisis de la revista Billboard.
Mi Valle del Cauca, dice Willy Vergara. “Es una lección de geografía musical que recorre todo el departamento y muestra el talento y la facilidad con que componía, arreglaba y hacía sonar su música Varela”.
Entre tanto, Luisa Piñeros se inclina por Sin sentimiento y Busca por dentro. “Están guiadas por algo sobrenatural, vienen de otras esferas. Jairo estaba conectado con las musas a un nivel muy elevado para hablar del amor de esa manera. Y si es para bailar, Cali Pachanguero, una canción que define una ciudad y una cultura y sigue vigente 30 años después, esa es la magia de Varela”.
Cuando se trata de poner salsa de Niche, hay para todos los gustos porque Varela sabía la fórmula para hacer de sus composiciones algo universal y por eso el Niche sigue sonando.