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Un total de 2.250 niños y jóvenes de Quibdó se beneficiarán con 24 nuevas aulas modulares y comedor escolar entregadas para alistar el retorno progresivo, gradual y seguro a las aulas
El Ministerio de Educación, a través del Fondo de Financiamiento para la Infraestructura Educativa (Ffie) y la Administración Municipal invirtieron recursos por $1.255 millones en los nuevos espacios de aprendizaje para cuatro colegios.
Es así que a través del Ministerio de Educación a través del Fondo de Financiamiento para la Infraestructura Educativa (Ffie) llegó a Quibdó para entregar obras en 4 colegios de la capital del Chocó.
La ministra de Educación, María Victoria Angulo, explicó que, con las 24 nuevas aulas de clase modulares, la renovación de baterías sanitarias y un comedor-restaurante, se mejorarán las condiciones de enseñanza y aprendizaje para 2.250 niños y jóvenes de Quibdó.
«Estamos avanzando y preparándonos para el retorno progresivo, gradual y seguro a las aulas. Con estas nuevas aulas, garantizamos espacios más amplios y adecuados para asegurar el bienestar de nuestros estudiantes, docentes y sus familias», aseguró la ministra Angulo.
Para ejecutar y entregar estas obras, el Ministerio de Educación, a través del Fondo de Financiamiento para la Infraestructura Educativa (Ffie) y la Alcaldía de Quibdó invirtieron recursos conjuntos por el orden de los $1.255 millones en las Instituciones Educativas Isaac Rodríguez, sede El Reposo; José del Carmen Cuesta, sede Departamental; la Escuela Normal Superior de Quibdó; y Santo Domingo Sabio, sede principal.
En las tres primeras Instituciones se entregó un nuevo bloque, para cada una, con 8 aulas modulares de 45 metros cuadrados cada una, una batería sanitaria y obras complementarias que incluyeron afinados de pisos, sistemas hidráulicos para la batería sanitaria, canales y bajantes para el agua lluvia. Se beneficiarán 1.220 estudiantes.
Estas obras beneficiarán a 5.960 estudiantes y han tenido una inversión de $61.383 millones de los cuales, el Ministerio de Educación aporta $48.249 millones y la Alcaldía de Quibdó $13.134 millones.
Otras obras similares se ejecutan en todo el Departamento del Chocó con la ejecución de cinco proyectos en los municipios de Bahía Solano, El Carmen de Atrato, Nóvita, Río Quito y Riosucio que incluyen la entrega y puesta en funcionamiento de 105 aulas nuevas y especializadas.
Para la Gerente del Ffie, entregar estos nuevos espacios educativos en el Chocó «permite seguir transformando la educación en todo el país, contribuir a reforzar las habilidades y competencias básicas de los niños y jóvenes y cumplir el compromiso del Gobierno del presidente Iván Duque de seguir avanzando en el fortalecimiento de los procesos de aprendizaje».
Una determinación en derecho
Por Emerson Grajales Usma*
La Corte Suprema de Justicia, había dictado medida de aseguramiento en su lugar de residencia al expresidente y entonces Senador Álvaro Uribe Vélez, por supuestos actos de soborno a testigos y fraude procesal. Medida dictada el anterior 4 de agosto.
No cabe duda, que el hoy exsenador Uribe debe acatar la justicia como cualquier colombiano; lo que no está dentro de lo normal es que la justicia abuse de su poder para meter preso al primero que acuerden con la oposición por meros temas políticos. El expresidente Álvaro Uribe, desde iniciada la década del dos mil, se ha convertido en la piedra en el zapato para la izquierda y para la extrema izquierda; (que en el fondo son los mismos).
Cuando el también exgobernador de Antioquia tomo la determinación de lanzarse a la arena política a nivel nacional luego de su paso por la exclusiva universidad de Oxford en Inglaterra, (1997), lo hizo con la firme convicción de que su presencia en la plaza pública sería un detonante para sus opositores y detractores; tanto así que a Uribe le valió varios atentados contra su vida en medio de una campaña que lo llevaría indiscutiblemente a la presidencia en el 2002.
Con él, llegó el programa de gobierno llamado “seguridad democrática”, que financiado en gran parte con dineros del Plan Colombia, logró minimizar los secuestros que eran el pan de cada día en el gobierno que lo antecedió, como también los homicidios; pero fue precisamente en sus dos periodos (2002-2006 y 2006-2010), cuando la inversión extranjera pasó de US$2MIL MLLNS anuales a US$7MIL MLLNS en el mismo periodo.
Y todos esos logros, han beneficiado al país y así lo hemos reconocido la gran mayoría de colombianos, como también una mínima parte de nuestros conciudadanos, han desconocido sus logros como respuesta a una espesa dentera por la incapacidad de gestión y liderazgo de quienes han osado de enfrentarlo en las urnas.
Todo ello ha conllevado a un cumulo dañino en la oposición, hasta el punto de buscar aliados en todos los escenarios de la vida pública de Colombia, incluyendo las más altas Cortes de la justicia para que busquen “bloquearlo” en su libertad bajo “supuestos”, con estériles argumentos como los de vincularlo con el paramilitarismo en Colombia. Y Uribe se quedó con esa indeseable pero improbable estigmatización.
Y aunque suena difícil de creer, la izquierda burda y miserable de este país, ha logrado encontrar eco en desteñidos togados que llegaron al punto del descaro de ponerlo preso para que sus “titiriteros”, los de los cuestionados jueces; lo expongan en bandeja de plata como trofeo de guerra. Y lo lograron bajo el so pretexto, de que Uribe estaba sobornando testigos y por fraude procesal. Vaya falacia para ponerlo preso.
Pero qué bueno que una jueza de la República, sin mayores reconocimientos en su carrera como administradora de justicia, haya tomado la determinación de dejar en libertad al líder del Partido Centro Democrático por considerar que se le estaba violando el debido derecho a defenderse en libertad y ante la falta de pruebas por las que se le tenía privado de la libertad. Esa determinación de la Juez, llevó a la conclusión a los colombianos, que los carteles de la toga, siguen vivos y actúan al margen de la misma justicia y están al servicio de quienes en realidad han perturbado el orden público y jurídico en Colombia.
El expresidente Álvaro Uribe, jamás debió estar privado de la libertad, cuando todos los ciudadanos conocemos que quienes han orquestado la lucha por tener a Uribe tras las rejas, o muerto si es posible; son los mismos que han dejado una estela de asesinatos a lo largo y ancho del país y que hoy, cínicamente, posan de Padres de la Patria.
Bienvenido a la libertad doctor Álvaro Uribe Vélez. Colombia recobró también la esperanza de seguir en un país con democracia.
*Asesor y consultor
Twitter: @Grajalesluise
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Medallia nombra a Mario Galvis como nuevo Director de Ventas para Colombia.
Medallia Inc., plataforma pionera y experta del mercado en Gestión de la Experiencia del Cliente y el Empleado, anuncia hoy la incorporación de Mario Galvis como Director de Ventas para Colombia, demostrando su compromiso con la región y su familia de clientes actuales.
Entre sus funciones, Mario estará a cargo de implementar la estrategia de desarrollo de negocios de Medallia en el país, además de asesorar y acompañar a compañías de la región en la ejecución de sus estrategias customer-driven para impulsar la experiencia del cliente, y mejorar el impacto de los programas de experiencia del empleado.
“Me emociona formar parte del equipo de Medallia, pues soy un apasionado de ayudar a las empresas a lograr una mejor experiencia del cliente y apoyarlas en mejorar los canales con sus empleados, así como asesorar su viaje de transformación digital para aumentar su competitividad a través del valor comercial. Las empresas orientadas al cliente y sus empleados están creciendo cada vez más en América Latina, por lo que hay un enorme potencial en la región y lo vamos a conquistar”, comentó Galvis.
Mario Galvis cuenta con más de 17 años de experiencia en diversas industrias con énfasis en innovación, mejora de la experiencia del cliente y nuevos modelos de negocio en Latinoamérica. Ha trabajado en compañías de talla mundial como PWC, SAP, Oracle y Stibo Systems. Gracias a su experiencia, Mario es uno de los principales conocedores en materia de transformación digital, omnicanalidad y experiencia del cliente. Es egresado de la Pontificia Universidad Javeriana como Ingeniero en Sistemas, y cuenta con un MBA del IE Business School y certificado del MIT en Inteligencia Artificial.
“Tenemos plena confianza en que la amplia experiencia de Mario será un gran apoyo para la expansión en Colombia, ayudando a acelerar nuestra presencia en el país para ganar más clientes y sobrepasar las expectativas de las cuentas existentes”, comentó Enrique Bravo, vicepresidente de Latinoamérica para Medallia. “Colombia no es un mercado 100% nuevo para nosotros, en los últimos años hemos ganado participación en organizaciones regionales, por lo que hoy, más que nunca, queremos demostrar nuestro compromiso con la región”.
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Ni lambón ni torcido

«El periodismo es una forma entretenida de ser pobre». Escuché la frase de alguien en los tiempos en que gastaba mis primeras suelas como reportero. Durante veinte años la he citado tanto, y le he conferido tal valor romántico, que he sentido que es de mi autoría. Realmente el mundo del periodismo es alucinante, emotivo y adictivo cuando se ejerce en la calle, no tanto desde un escritorio o en el lobby de una oficina de prensa.
Comencé haciendo crónica roja para el diario El Espacio, el mismo al que tanto palo le daban por su enfoque sensacionalista, pero del que hoy vemos malas copias, no solo en papel, sino en los telediarios.
Con cierto pudor y una imaginación desbordada, comencé a ir a las goteras y los rincones imposibles de Bogotá. La misión diaria era encontrar un nueve cero uno en el sitio y escribir una crónica sobre el suceso con la descripción de los retratos del entorno: los rostros, el paisaje, los movimientos extraños, los colores de la mañana, los rumores. El primer gran impacto al entrar al tabloide era comprobar que sí existía tal realidad: los muertos que a diario aparecían en primera página.
No había tales montajes con maquillajes ni salsa de tomate, como algunos creían en ese tiempo. Solo que la muerte tenía estrato y a los encopetados medios no les interesaba cubrir el crimen de un vigilante en el barrio San Benito, el ahorcamiento de un desempleado en el parque de Bolivia, el envenenamiento de un anciano en el Lucero Alto ni el asesinato de un tallador de ataúdes en el San Bernardo ni las fatales rencillas a puñal de los indigentes de El Cartucho ni la muerte violenta de un hijo natural del clan político Eastman en el sector de La Fiscala. En esos episodios estábamos solo los reporteros judiciales de El Espacio, mucho antes de que las autoridades llegaran a hacer los levantamientos.
Digo que la muerte tenía estrato o importancia debido a que los grandes medios se interesaban por las víctimas, según la cantidad, o si estas gozaban de cierto grado de reconocimiento o prestigio. Por ejemplo, la mañana en que mataron al general Fernando Landazábal Reyes ―12 de mayo de 1998― los reporteros de todos los medios se apostaron en el barrio Chicó Navarra de Bogotá, escena del crimen, a la espera de que los peritos levantaran la sábana. Todos, prestos a obturarlas cámaras. Este muerto sí era noticia, como lo vuelve a ser ahora que los excombatientes de las Farc revelaron, en el ámbito de la Justicia Especial para la Paz, que dicha extinta guerrilla fue la autora del crimen.
En cualquier caso, las muertes violentas eran tema continuo en el diario, y al menos una de ellas quedaba registrada en cada edición. Casi todas ocurrían en las zonas de tolerancia o en las barriadas deprimidas de la ciudad, a donde solo accedían los reporteros del tabloide y, si acaso, los políticos en tiempos de campaña. Tal cual sucede ahora.
Era tal el olvido al que estaban relegadas las gentes de esas zonas, que no pocas veces preguntaban cuánto costaba el informe, es decir, que la noticia saliera en el periódico. «Doctor, diga no más; que entre todos hacemos la colecta». A estas personas, que no tenían ni para el entierro, debía explicarles que denunciar los hechos era mi deber y del periódico la responsabilidad por el pago de mi sueldo.
Sabía desde antes que en el medio campea una práctica corrupta conocida como el engrase; esto es, dinero o pagos en especie que los periodistas reciben de la fuente a cambio de la divulgación de publirreportajes, de información mendaz, amañada o de verdades a medias. Sigue ocurriendo, como el soborno llamado payola, el que algunos artistas pagan en las estaciones radiales para que sus canciones suenen o para que no suenen las de los demás.
Lo entretenido de ser reportero de El Espacio, a pesar del dolor del que permanentemente fui testigo, lo constituía la aventura, la posibilidad que tenía de aprender, de curtirme y de revelar una noticia; de ser vocero de comunidades desarraigadas y ninguneadas, de embarrarme los zapatos en busca de historias que solo a pocos les interesaban. Lo entretenido: la adrenalina fluyendo en el cubrimiento y en el afán por estar de primero en el lugar de los sucesos, antes que los peritos de Medicina Legal y la Fiscalía.
Lo entretenido fue comenzar escuela en un medio observado con desdén en las élites y respeto en las provincias; donde hicieron carrera algunos cacaos del periodismo en Colombia. Lo entretenido eran las asignaciones del editor ―recompensa a esa suerte de rol de zopilote―: hacer notas culturales o deportivas, perfiles de artistas, de actores o ser enviado especial en fiestas populares de Colombia. Siempre, ser reportero ha sido una experiencia fascinante, entre otras cosas, por la posibilidad que otorga de conocer las regiones y su gente.
Lo entretenido, contar historias, acumular experiencias, datos, anécdotas, fotografías memorables, recuerdos. Lo sensato, ir labrando mi salida cuando caí en la cuenta de que iba perdiendo mi capacidad de asombro y de que, aún ante los casos más escabrosos, me había vuelto árido. Se me habían secado las lágrimas; lágrimas que no brotaron ni en la partida de seres queridos.
Nunca acepté dineros en las colectas que gente pobre tuvo la intención de hacer como muestra de agradecimiento por mi labor. Nunca he aceptado que las fuentes me engrasen la mano. No nací para lambón ni para torcido, por más que el rancho haya estado o esté ardiendo.
***
No era distinta la situación cuando fui corresponsal freelance en Bogotá de un diario de la costa atlántica. Una tarea sumamente palpitante. Cubrimiento de juicios álgidos, debates trascendentales en el Congreso, eventos culturales de gran importancia. Calle, mucha calle; seguir huellas de relatos. Y no pocas veces, la tentación al acecho: una invitación a almorzar de quienes no dan puntada sin dedal, una cena especial, un coctel, un billetico envuelto en la mano y hasta sobres con un fajo millonario encima de la mesa. Siempre los rechacé y siempre evité, salvo que fuera instrucción de mis jefes, hacer divulgación de temas vacuos; verbigracia, un proyecto de ley que buscaba judicializar a quienes no respetaran en los centros comerciales los parqueaderos demarcados para personas en silla de ruedas.
Mas sí he visto a muchos colegas zalameros, pacientes esperando el café y el boletín de prensa en la fuente o corriendo detrás de ella en un acto vergonzante por una dádiva, un contrato, un cargo o hasta el aval de un partido para aspirar a cargos de elección popular. Periodistas que usan el oficio como trampolín para saltar a la burocracia en pro de mejores condiciones económicas, o que mutan de la oficina de prensa a la emisora, y viceversa, al vaivén de la posición y el cargo del padrino político.
Y hoy los vemos, los leemos y los oímos. Desde jefaturas de prensa lavándoles la cara a funcionarios ineptos y corruptos; desde cabinas de radio y columnas de opinión ―seguro no de gratis― contando verdades a medias o vendiendo como verdad unas opiniones personales viciadas por sus cuestionables y hasta aberrantes posiciones políticas. Lo más grave no es eso, lo más grave es que buena parte de la sociedad les cree, porque aquellos hacen parte de los medios que acaparan la audiencia. Y lo peor, entre lo grave, que estos personajes, más relacionistas públicos que cualquier otra cosa, se hacen llamar periodistas y se arrogan la bandería de un oficio que debe estar del lado de la sociedad y de las víctimas; no de los poderosos.
Como se dice coloquialmente, y especialmente en medio de la triste y desesperanzadora realidad que vive el país, varias de esas celebridades de la prensa han pelado el cobre, y sin empacho alguno se han dedicado a hacer activismo político en favor de personajes sub judice. El rigor periodístico, la ética, el respeto por las audiencias los tiene sin cuidado. Solo pretenden ―cómodamente―, su tranquilidad, su bienestar, su estatus, una calidad de vida óptima, segura y sin apuros. Lo paradójico, que ante cualquier crítica posan de mártires y arguyen que los quieren callar. Por favor…
Por su lambonería, tienen línea directa con políticos y altos funcionarios y se la pasan vendiendo como primicias los chismes y boletines que conocen de primera mano, y los cuentan como secretos, como confidenciales. Pero de investigación, nada. De contraste y de rigor, cero.
Alguna vez un reportero de esos, que en sus informes de televisión solo reportaba filas en los bancos y en las empresas de servicios públicos, se metió con la mujer equivocada ―la amante de un mafioso―. Como consecuencia de ello ―hecho a toda costa repudiable― el mafioso ordenó una reprimenda que lo dejó malherido. Cuando el reportero se refirió al ataque del que fue objeto, no contó la verdad sobre su aventura amorosa, sino que despertó la solidaridad general afirmando que «no lo callarían y que seguiría revelando la verdad». ¿Cuál verdad? ¿La de las largas filas en los bancos?
Así, fabricando verdades, están las vedetes de la prensa de hoy. Se victimizan y ven enemigos por todos lados, en sus críticos y en las redes sociales; cuando su peor enemigo es su propia guarrería y la manera indecorosa como ejercen la profesión. Han vendido su alma al diablo y han negociado sus principios que, en ellos, no son más que decadentes finales.
Por el contrario, quienes decidieron estar del lado correcto de la profesión y de la historia, aún el riesgo que implica ejercer el periodismo de investigación y denuncia en Colombia, siguen adelante a costa de lo que sea. Exiliados, amenazados, estigmatizados. No nacieron para lambones ni para torcidos. Yo tampoco. No quiero perder el derecho de seguir mirando a los ojos a mi hijo. Así esté condenado al ostracismo y la inanición, prefiero seguir creyendo en el romántico aforismo de que el periodismo es una forma entretenida de ser pobre. Ya no es tan chévere, menos en esta agobiante crisis. Pero es un innegociable asunto de dignidad, de verdaderos principios.
Articulo original de LA NUEVA PRENSA
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Grave denuncia del Gobernador Caicedo, señala a Uribe de patrocinar «el Pacto de Ciénaga»
Grave denuncia del Gobernador Caicedo, señala a Uribe de patrocinar «el Pacto de Ciénaga» Leer más »
Magdalenenses promoverían histórica revocatoria de mandato del gobernador Caicedo
*En varios municipios se han conformado comités para emprender la campaña encaminada a marcar la historia en poder derogar la elección del ejecutivo Departamental.
Por: Amalfi Rosales
El departamento del Magdalena y especialmente sus habitantes, se han mostrado atónitos y consternados ante el desgobierno que vive está región, producto de los reiterativos desaciertos del gobernador del Magdalena Carlos Eduardo Caicedo, por considerar que se ha dedicado a “cazar” una pelea sin sentido con los Alcaldes Municipales, al igual con el Rector de la Universidad del Magdalena, y de esa manera ha olvidado su principal deber u objetivo por el cual fue elegido: trabajar para el beneficio de las mayorías.
La campaña de revocatoria, se gestó por el descontento de los ciudadanos que han despertado de las falsas promesas del mandatario magdalenense. Por eso, quienes planean promover la jornada en cada municipio esperan hacer historia: ser los primeros en Colombia en remover a un gobernante.
A pesar que la tarea no será fácil, porque las estadísticas indican que ese objetivo no se ha logrado en ningún ente territorial del país, se logró conocer que ya existen grupos o comités ciudadanos para promover el ejercicio democrático que les brinda la ley para revocar el mandato del gobernador Carlos Caicedo.
“Hemos notado que el señor gobernador se ha dedicado a pelear con todo mundo y nosotros que somos el pueblo nos ha mantenido en el olvido, la verdad es que no hemos visto ningún cambio, ya que votamos porque nos parecía muy distinto a los demás políticos, pero ha salido peor, ya que no ha cumplido con su programa de gobierno”, expresó Roberto Navarro, líder comunal.
Cabe destacar que la ley 134 de 1994, es la herramienta con el que cuentan los colombianos para ejercer el control y garantizar la eficacia en los actos del Estado. La revocatoria del mandato es un derecho político, por medio del cual los ciudadanos pueden dar por terminado el mandato que le han conferido a un gobernador o a un alcalde.
En ese sentido, el mecanismo de Democracia Directa y revocatoria de mandato que se viene emprendiendo en los municipios del Magdalena nace del malestar ciudadanos que no vislumbra progreso en la región, producto del odio o discusión que ha protagonizado el gobierno de turno.
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Impactadas tres bandas dedicadas al microtráfico de estupefacientes en Bogotá
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El roadtrip por Colombia para apoyar el turismo nacional en esta “nueva normalidad.
El gobierno nacional anunció un nuevo decreto en el que, desde el primero de septiembre, da vía libre a los viajes por carretera sin la restricción de tres pasajeros como máximo, si no, el cupo completo en cada vehículo; por supuesto, siempre y cuando se cumplan con las normas de bioseguridad.
Es por eso que los expertos de Baterías Mac quieren invitar a los conductores colombianos a emprender una aventura en carro para apoyar uno de los sectores más afectados por el Covid-19: el turismo. Haciendo de esta coyuntura la oportunidad para conocer destinos nacionales que recargarán de energía los ánimos después de un largo confinamiento y que hará menos abrupta la adaptación a esta “nueva normalidad”, donde respetar las normas de aislamiento, deben ser parte del día a día para disfrutar sin imprevistos, cada parte del recorrido.
Siete pueblitos en uno.
Conocer cada pueblo de Boyacá podría ser un gran roadtrip, pero teniendo el pueblito boyacense ubicado en Duitama, esto es posible en menos tiempo: allí se reúne la belleza arquitectónica, gastronómica y cultural de municipios como Villa de Leyva, Sáchica, Tibasosa, Ráquira, Monguí, Tenza y el Cocuy. La propuesta de Ricardo Bautista Pamplona se hizo realidad al ejecutarla junto al Instituto de Cultura y Artes de Duitama; dándole espacio a las casas coloniales, calles adoquinadas, puertas de fuertes colores y sabores tradicionales de la región.
Cuando hablamos de pueblitos mágicos, no puede faltar Barichara.
Barichara- declarado como Patrimonio de Colombia, tiene lo que muchos buscan: tranquilidad, eso es lo que inspira este pueblo colonial junto a la historia que guardan sus calles y habitantes, hará de este un destino ideal para relajarse y contemplar la imponencia del cañón del río Suárez. Para hacer el recorrido de sus calles, el Tuktuk es una gran opción, un medio de transporte tradicional en donde los conductores son lugareños que, seguro, hablarán de los cuentos tradicionales de la ciudad. Otro imperdible es el salto del Mico, el que le da el toque aventurero al destino.
Sin Guatapé, no hay roadtrip por Colombia completo.
En Antioquia, a dos horas de Medellín, se encuentra uno de los destinos más coloridos y reconocidos en Colombia por tener uno de los miradores emblemáticos del país: la piedra del Peñol. Este lugar tiene más de 220 metros de altura y cuenta con aproximadamente 670 escalones que tienen como recompensa la imponente vista al embalse del Peñol; que también se puede recorrer en lancha para ver de cerca las diferentes islas más representativas, acompañado de las historias del antiguo pueblo que fue inundado para darle cabida a este megaproyecto hidroeléctrico. Su pueblo, Guatapé, se reconoce por sus colores intensos, la iglesia Nuestra Señora del Carmen, sus restaurantes y variedades de hospedajes: desde hoteles de lujo, hoteles boutique, hostales y hasta glampings que se ajustan a todos los gustos y presupuestos.
Para rematar, el Eje Cafetero…
Un roadtrip por Colombia sin el toque del café, no está completo. Por eso ir al Quindío debe ser un imprescindible en la agenda para disfrutar de la combinación del buen sabor, gente amable y hermosos paisajes que se encuentran en cada uno de sus pueblos. Para iniciar, pasar por el viaducto César Gaviria Trujillo de Pereira, una de las obras más importantes del departamento y de Colombia, seguido del Parque del Café a las afueras de Armenia y visitar Salento para ir al Valle del Cócora, serán una buena idea para terminar el recorrido con toda la energía que trasmite nuestro país.
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