Suele decirse que la tecnología y la transformación digital son la solución para que las empresas colombianas evolucionen sus negocios y alcancen niveles de eficiencia nunca antes vistos, como los de economías más maduras, tanto en la región latinoamericana, como en EEUU y Europa. De hecho, en los últimos tres años, aún con incertidumbres económicas, hemos visto un auge en la inversión en tecnología. Pero, en la práctica, ¿cómo convertir esta receta de pastel en una verdadera eficiencia para el negocio?
“El uso de tecnología corporativa impacta directamente en cada etapa de la operación de una empresa, para que todos los procesos se realicen con mayor rapidez y precisión, trayendo eficiencia e inteligencia a la organización. Pero es fundamental entender las necesidades de la empresa para invertir en las innovaciones adecuadas”, dice Ivaldo Pereira, gerente general de TOTVS Andina.
Para las empresas que necesitan empezar a digitalizarse, el camino comienza con un sistema de gestión integrado, el famoso ERP, que unifica y automatiza la información corporativa. El software toma todos los datos administrativos y financieros del negocio en papel y los concentra en una sola plataforma, organizada y actualizada. “Como resultado, la organización mejora todo su flujo de trabajo. Con un ERP, la empresa es capaz de realizar actividades en menor tiempo, reduce el riesgo de errores humanos en el procesamiento de datos, monitorea todos los plazos fiscales y logra tener una visibilidad completa de cómo va el negocio. En la práctica, más eficiencia y menos costos”, comenta el ejecutivo.
El segundo paso del trayecto de transformación digital es el uso de soluciones especializadas en el core business de la empresa. “Este tipo de solución actúa directamente en el corazón del negocio, mejorando la calidad del servicio o producto ofrecido, además de gestionar de forma completa todas las tareas que se realizan dentro de la empresa. Es un paso significativo para tomar una decisión más estratégica que pueda poner al mercado andino en pie de igualdad con las principales economías de la región”, enfatiza Pereira.
Además, todavía hay el “estado del arte” para las empresas, la llamada Industria 4.0. En ella, tecnologías como la computación en la nube, el análisis predictivo, la Inteligencia Artificial y el Internet de las Cosas (IoT) hacen que el negocio no solo se digitalice por completo, sino que produzca inteligencia de alto nivel en tiempo real de todo lo que se hace en la empresa.
“Es en esta etapa que un fabricante logra, por ejemplo, anticipar el mantenimiento de una máquina, evitando pérdidas irreparables con una posible parada de la planta. O que una compañía minorista identifique previamente el aumento de la demanda de un determinado producto y logre prepararse para tener stock suficiente para atender a sus clientes. Las posibilidades son casi infinitas”, argumenta el ejecutivo.
La transformación digital no es solo implementar nuevas tecnologías, sino también cambiar la mentalidad de cómo opera la empresa. Implica repensar los procesos comerciales y adoptar una cultura de innovación que cree nuevas fuentes de ingresos, mejore la productividad y responda mejor a las condiciones cambiantes del mercado. Las empresas que descuidan las inversiones en tecnología pueden perder más a largo plazo, incluso en participación de mercado y volverse irrelevantes para los clientes. La digitalización debe dejar de verse como un gasto y comenzar a verse como una inversión.
«La tecnología es una parte integral de cualquier estrategia comercial exitosa. Las empresas que realizan estas inversiones pueden optimizar sus operaciones, mejorar la experiencia del cliente y, en última instancia, impulsar el crecimiento de los resultados y los ingresos. Queremos crear un mercado sostenible y competitivo en Colombia. No hay tiempo que perder”, agrega el gerente general de TOTVS Andina.
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