Al menos 7.028 palestinos murieron y otros 18.484 resultaron heridos por los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, controlada por Hamás, desde el inicio de la guerra el 7 de octubre entre Israel y el grupo islamista palestino, informó este jueves el Ministerio de Sanidad del enclave.
Entre los fallecidos en la Franja hay al menos 2.913 niños, 1.709 mujeres y 397 ancianos.
Además, hay al menos 1.650 personas desaparecidas bajo los escombros de los edificios derrumbados por los ataques aéreos, de las cuales 940 son menores de edad, según la misma fuente.
También puedes leer: El ejército de Israel mató a 755 personas en Gaza, según Hamás, en el día más letal
En las últimas horas la aviación israelí atacó más de 250 «objetivos» de Hamás, como «centros de comando operativo, túneles y lanzadores de cohetes ubicados en el corazón de áreas civiles», informó el portavoz del Ejército de Israel.
Los ataques alcanzaron la zona de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. Estos bombardeos estuvieron acompañados de una breve incursión con tanques en el norte del enclave, previo a las «próximas etapas del combate«.
Gaza afronta una crisis humanitaria sin precedentes, con 1,4 millones de personas -más de la mitad de su población- desplazadas hacia el sur de la Franja después de que Israel ordenara la evacuación de la mitad septentrional por motivos de seguridad.
De acuerdo a las últimas cifras del Ministerio de Sanidad de Hamás, que el miércoles declaró el colapso total del sistema sanitario, al menos 101 médicos han fallecidos y 25 ambulancias han sido destruidas en Gaza desde el inicio de la guerra, mientras que 12 hospitales y 31 centros de atención primaria está fuera de servicio por los bombardeos y la falta de combustible.
Te puede interesar: El huracán Otis, de categoría 5, toca tierra en Acapulco, México
Israel y Hamás están enzarzados en esta guerra desde el ataque del grupo islamista del 7 de octubre contra territorio israelí, que incluyó el lanzamiento de cohetes y la incursión de más de 2.000 milicianos, que torturaron, mataron y secuestraron a pobladores de las aldeas israelíes cercanas enclave palestino, causando más de 1.400 muertos, 5.000 heridos y 220 rehenes.