Los presidentes de Panamá, Laurentino Cortizo, y de Colombia, Gustavo Petro, conversaron sobre «la migración irregular y abordaron métodos para lograr un flujo migratorio ordenado y seguro» a través de sus fronteras, que viven una crisis sin precedentes por el paso de viajeros, en un encuentro en el marco de la Asamblea General de la ONU, informó este martes el Gobierno panameño.
Los gobernantes de Panamá y Colombia, que comparten frontera terrestre (la jungla del Darién) y marina (el Caribe y el Pacífico), trataron «sobre migración irregular para un flujo ordenado y seguro por» los límites de ambos países, dijo un comunicado oficial sin más precisiones.
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La peligrosa jungla del Darién, un parque nacional panameño de más de 500.000 hectáreas, está siendo utilizado desde hace varios años como paso de miles de migrantes procedentes de todo el mundo, muchos movilizados por traficantes, que se dirigen hacia Norteamérica, especialmente Estados Unidos.
Más de 370.000 personas, especialmente venezolanos, han cruzado este 2023 la jungla, una cifra sin precedentes, de acuerdo con las estadísticas de Panamá, el único país del continente que ofrece a los migrantes en tránsito asistencia sanitaria y de alimentación, además de tomar sus datos biométricos.
El país centroamericano reclama a los países del sur más compromiso en el manejo de este flujo, que ha llevado al límite sus capacidades de asistencia, como han explicado funcionarios del Ejecutivo panameño, que han descartado el cierre de la frontera selvática con Colombia, como han planteado algunas voces en el país, porque materialmente es imposible hacerlo.
En ese sentido, el presidente Petro dijo a medios en Nueva York que no considera eficaz el que se aborde la crisis migratoria en el Darién desde una posición de «reprimir, cerrar fronteras».
«Los poderes políticos de este país (EE.UU.) nos han pedido que tapemos el tapón, como si eso fuera fácil; que construyamos una especie de muro para que no pase la gente hacia los EE.UU.; nos han pedido que corramos en cierta forma la frontera de México con Estados Unidos en sus puestos de migración para que se instalen puestos de migración en Colombia», algo que el Gobierno estadounidense ha desmentido.
Petro, cuyo Gobierno no ha tomado ninguna medida concreta para atender la crisis humanitaria en la frontera, considera que para reducir el flujo se deben atajar problemas en los países de origen.
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Durante el encuentro, Laurentino Cortizo y Gustavo Petro «acordaron activar la Comisión de Buena Vecindad, con la finalidad de atender temas bilaterales, estrechar los vínculos que unen a ambas naciones y fortalecer las relaciones», dijo el comunicado oficial panameño.
Esta comisión fue creada en noviembre de 1992 como un mecanismo de seguimiento y articulación de esfuerzos encaminados al desarrollo de las zonas fronterizas entre Colombia y Panamá, explicó el Ejecutivo panameño.
Los mandatarios además hablaron «sobre el avance de la interconexión eléctrica entre Panamá y Colombia, un proyecto de un aproximado de 500 kilómetros de línea eléctrica entre ambos países y que su capacidad de transporte de energía se estima en 400 megavatios».