Por: Carlos Caicedo Omar
Casi 350 mil samarios y magdalenenses nos entregaron un mandato histórico para cambiar la situación de los ciudadanos del Distrito y el departamento. Un mandato dirigido a sacar al departamento del deshonroso cuarto lugar de pobreza monetaria y séptimo en pobreza multidimensional en el que lo dejaron sus anteriores gobernantes.
Los clanes familiares y políticos que situaron al departamento en esos niveles de atraso y desigualdad, los mismos que no hicieron nada para mejorar nuestra calidad de vida, se dedican ahora a cuestionar cada acción que adelantamos para lograr hacer lo que ellos no fueron capaces de hacer, por actuar únicamente pensando en los mezquinos intereses que todos padecimos.
La situación que hemos encontrado es aterradora: apenas el 72% de cobertura departamental en acueducto; únicamente el 52% de la población tiene alcantarillado, cifra que alcanza en la zona rural un vergonzoso 3%; el 16% de los hogares carece de vivienda propia, mientras que el 50% necesita, urgentemente, mejoras para dar condiciones dignas de habitabilidad; el 15,8% de las familias padecen inseguridad alimentaria y nutricional; el 50% de los predios adolecen de informalidad; 15 de los 30 municipios del Magdalena no tienen vías, afectando a 270 corregimientos donde los productos agrícolas se pierden por carencia de infraestructura vial; el 88% de las vías del departamento se encuentran en mal estado, solo el 11% de las vías principales de orden nacional tiene doble calzada; la cobertura en educación superior es de apenas el 26%, la cual se concentra en un 96% en Santa Marta (gracias a la refundación que impulsamos en la Universidad del Magdalena), lo que quiere decir que en los 29 municipios del Magdalena es en realidad de menos del 2%; hoy tenemos 20 municipios sin oferta universitaria, y en ocho de ellos la posibilidad de acceder a la universidad es del 2%; el analfabetismo llega al 9,12% y en las pruebas Saber 11 ocupamos el puesto 30 entre 32 departamentos. En Cuba, por el contrario (y para referirnos a un país al que invitamos a hacer parte de esta suma de voluntades), hay menos del 0,5 % de analfabetas; su método Yo sí Puedo ha alfabetizado a 10 millones de personas en 30 países el mundo, incluidos más de 50 colombianos.
La falta de gestión en salud nos dejó 18 muertes maternas con una razón de mortalidad materna de 127.5 por cada 100.000 nacidos vivos, demasiado alta al compararse con el país, que es de 80.26; y todavía muchísimo más alta al compararse con la República de Cuba, que no registra un solo caso.
Asimismo la tasa de muertes en menores de cinco años es de 15.66, por cada 1.000 nacidos vivos, que contrasta con la tasa nacional de 8.22. La de Cuba, por su parte, es de menos de 4,3.
Este panorama es el fruto de años de saqueo, indiferencia, incapacidad y torpeza para entender la angustiante situación de la gente por parte de los clanes familiares y políticos. Eso explica por qué el departamento está en quiebra y en alto riesgo por los pasivos contingentes de más de un billón de pesos, fuera de los pasivos laborales en las carteras de salud y educación; por qué se halla en precarias condiciones de desarrollo económico, que se reflejan en una informalidad que alcanza el 67% de la población; por qué es un departamento inseguro, capturado por el narcotráfico y los paramilitares; por qué cuenta con 320 víctimas del conflicto armado y 85 mil venezolanos carentes de atención nacional.
Esta es una situación angustiosa y urgente que requiere la convocatoria y la movilización de todos los sectores que quieran ayudarnos a solucionar la apremiante crisis que padecen miles de magdalenenses. Es por ello que nos hemos reunido con el Gobierno nacional, con congresistas de todas las corrientes políticas, con las autoridades de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, con los altos mandos de las FF.AA. en los niveles local, departamental y nacional; con organizaciones de la sociedad civil, con líderes sociales, con empresarios de diversos sectores económicos, con organizaciones de mujeres, con las Naciones Unidas, con entidades de cooperación internacional como la suiza Swisscontact y con representaciones diplomáticas como la de Estados Unidos y Cuba en desarrollo de una agenda con la que aspiramos a contactar a los representantes de 30 países más, incluyendo la posibilidad de un acercamiento al papa Francisco, así como a algunos premios Nobel que lideran temas de paz, de desarrollo y de reactivación económica desde la base de la pirámide social.
Volviendo al caso de Cuba, queremos que este país, mediante acuerdos de cooperación, nos ayude a entrenar a esos miles de jóvenes que necesitan caminos de progreso a través del deporte tal y como ya lo están haciendo jóvenes de Antioquia, Valle, Cundinamarca, Atlántico y Boyacá, en algunos casos con resultados tan honrosos como el de Caterine Ibargüen. Pretender ignorar los conocimientos y la experticia excepcionales que poseen los instructores cubanos en varias disciplinas deportivas revela una ceguera absoluta. Unas cuantas cifras bastan para demostrarlo.
Colombia se ubica en el quinto puesto en medallas de oro en Latinoamérica y en medallas en general acumuladas se sitúa después de Cuba, Brasil, Argentina y México. Las 5 medallas de oro y 9 de plata nuestras contrastan con las 77 de oro y 66 de plata de Cuba. Por eso los departamentos colombianos arriba mencionados han vinculado a preparadores deportivos cubanos con resultados exitosos.
Así mismo queremos que nos ayuden a implementar políticas públicas para bajar la mortalidad infantil y aumentar la esperanza de vida de nuestros ciudadanos.
El artículo 287 de la carta de 1991 reconoce la autonomía de las entidades territoriales y ello les permite gestionar alianzas en beneficio de los habitantes que las integran. Espero que el fanatismo político o religioso de quienes perdieron las elecciones en el marco de la democracia no obstaculice nuestra gestión para bien de los más humildes que tienen una esperanza en nuestro Gobierno. Los más humildes y la ciudadanía saben cómo asumimos el ejercicio de lo público, se han favorecido con nuestros logros en la Rectoría de la Universidad del Magdalena y en la Alcaldía de Santa Marta, que por tercera vez asumimos con entereza y convicción.
Vamos a tocar las puertas del mundo para que nos ayuden a sacar adelante a nuestro pueblo. No nos van a distraer los discursos de odio o división porque si nos distraemos perdemos el foco de nuestro compromiso con esos miles de magdalenenses que necesitan que trabajemos por ellos y les entreguemos oportunidades y bienestar.
Gústele a quien le guste, y duélale a quien le duela, el Magdalena será un territorio sin analfabetismo, que cuide la infancia, ofrezca universidad pública a la juventud y potencie la productividad, el empleo y la innovación.
Desde el Magdalena convocamos al mundo a cuidar la Sierra Nevada de Santa Marta, reserva de la biósfera, un verdadero patrimonio natural y cultural de la humanidad, y a conocer el Camino de Macondo.
Bienvenidos a aportar a esta gran alianza que unirá con autonomía y respeto aportes públicos y privados, de la comunidad internacional y de los organismos de cooperación.
Vamos a hacer el cambio, con la gente en el territorio, con el Gobierno nacional y la comunidad internacional. Eso prometimos y eso vamos a hacer.