*Se trató de un método de premeditación en contra de la periodista. El señor Nassar llegó a la entrevista preparado para atacar a Vicky Dávila con información privilegiada. La idea era ‘sacarla de casillas’, haciéndole una especie de ‘bullying’.
Lo acontecido con la periodista Vicky Dávila en días pasados nos obliga a hacer una reflexión sobre lo que está pasando y podría pasar con el periodismo investigativo en el país y a rechazar algunas posiciones de algunos colegas.
Está suficientemente claro que lo acontecido a Vicky Dávila con Hassan Nassar fue una gran provocación por parte del citado funcionario del gobierno.
Vicky Dávila, después de esa actitud baja de dicho personaje, tuvo una reacción humana que es explicable, aunque hoy algunos periodistas la hayan criticado con vehemencia.
Es que se trató de un método de premeditación en contra de la periodista. El señor Nassar llegó a la entrevista preparado para atacar a Vicky Dávila con información privilegiada. La idea era ‘sacarla de casillas’, haciéndole una especie de ‘bullying’. Ella después de sentirse atacada, perdió la serenidad y reaccionó como lo hizo. Se sintió herida en su yo íntimo. Sobre todo porque, algunas de las cosas que dijo Nassar tienen que ver con su familia, con sus hijos. La actitud premeditada de Hassan Nassar consiguió lo que pretendía: hizo perder el norte, el camino que traía en la entrevista, utilizando información privilegiada de una manera sospechosa y misteriosa. De manera muy baja el funcionario del gobierno llevó a cabo el plan que había preparado.
Nasar, en lugar de responder la pregunta que le hacía Vicky Dávila sobre la utilización del avión presidencial por parte de la familia del Presidente y otras personas, decidió atacarla de esa manera. Se nota en la entrevista que Hassan no tenía ninguna intención de contestar los interrogantes de Vicky, sino, más bien se salió por la tangente de una manera preparada, premeditada para provocar a Vicky Dávila.
Ahora, los medios periodísticos del país tienen una gran prevención ante lo sucedido, porque podría pensarse que se está gestando un mecanismo para quitar o sacar del medio a una periodista que toca temas álgidos, sobre todo, los que tienen que ver con la corrupción. Si así fuera, que se estuviera urdiendo una campaña para desprestigiar a Vicky Dávila, para sacarla del medio, estaríamos perdiendo todos los colombianos una importante periodista que brinda información clara y concisa de temas muy delicados que tienen que ver con malos manejos y corrupción en el gobierno y otras entidades.
Volviendo al episodio de hace uso días, puede notarse que hubo mala fe por parte del funcionario Nassar, al no contestar las preguntas que le hacían y desviar la entrevista, provocando a la entrevistadora, en este caso Vicky Dávila. Se nota a leguas que estaba dispuesto a hacer lo que hizo con premeditación.
La propia Vicky Dávila, en su columna de la revista Semana donde manifiesta que se equivocó, dice que sintió que la atacó desde el punto de vista personal con el objetivo de descalificar sus cuestionamientos.
Estamos notando que hay una especie de ataque disfrazado por parte de periodistas, la mayoría de ellos de gran recorrido y de algunos que están en el exterior, como el caso de Ángela Patricia Janiot, en contra de Vicky Dávila por la reacción que tuvo. Se nos ocurre pensar que estamos posiblemente ante una campaña de desprestigio en contra de esta importante periodista, para que no siga tocando esos temas.
Pudiéramos estar asistiendo al hecho pretender callar una voz como la de Vicky. Vale la pena registrar que hoy ella está dando a conocer una entrevista con Aida Merlano, en la que se entrega una cantidad de información delicada e importante que tiene que ver con temas de corrupción en el país. Recordemos que Vicky ya ha sufrido en carne propia algunos ataques, por ejemplo, en el caso del presidente Juan Manuel Santos, quien influyó para que saliera de la FM después de que entregara aquella información relacionada con la llamada ‘Comunidad del anillo’ que generó un escándalo en la Policía Nacional. Han sido muchas cosas las que ha denunciado y destapado Vicky Dávila. Insistimos, pudiéramos estar ante una campaña de desprestigio en contra de esta mujer aguerrida, para neutralizarla y para que de esta manera no se sigan dando a conocer y descubriendo temas que son muy importantes para la opinión pública nacional.
Vicky Dávila en su comentario del sábado en la Revista Semana, el mismo en el que reconoce que se equivocó al reaccionar como lo hizo, confiesa que le hizo varias llamadas a Nassar de una manera despreocupada y muy tranquila, para que le diera información acerca del tema que se estaba tratando en ese momento en el país. Hassan no quiso hablar inmediatamente; esperó un tiempo para poder armar su plan. Para empaparse y escoger los temas en contra de Vicky y usar lo que le podía dolerle a ella a fin de provocarla.
Lo que pasó después
Lo que siguió al tan comentado episodio lo resumimos de esta manera: han utilizado a periodistas de una manera estratégica para cuestionar a Vicky Dávila, el caso de Juan Gossaín y Ángela Patricia Janiot.
Nos preguntamos, ¿Qué hay detrás de todos estos propósitos. Será que quieren pedir la cabeza de Vicky Davila? ¿Será porque lo está haciendo bien, y lo hace en Semana que es una revista que revela los más grandes secretos, para hundirla o para someterla al escarnio, como pasó en el caso de Noticias Uno?
¿De qué nos deberíamos cuidar los periodistas investigativos?
La pregunta no es, ¿porqué reaccionó Vicky de esa manera? y mucho menos si son también periodistas los que la cuestionan.
La pregunta de fondo es: ¿Qué hay detrás de todo esto?
¿Que a Vicky le impongan una fuerte sanción o que la saquen del panorama informativo nacional?
Pero mucho más grave es, ¿qué se espera para el periodismo investigativo y sus miembros?
Si no estamos unidos y más bien nos atrevemos a criticar a una colega y a catalogar como muy grave una falla cometida en las circunstancias en que lo hizo Vicky Dávila, qué se esperaría para aquellos medios periodísticos investigativos que no incurren en el tapen tapen, que todo lo denuncian, aunque tengan a veces salidas no esperadas, por lo sensible que pueden ser para sus integrantes. Al fin también son seres humanos.
¿Qué hay en el fondo de todo esto?
Sencillamente, no queremos, ni aceptamos que una falla ante una provocación, como lo acontecido a Vicky Dávila, sea utilizada para desprestigiar, neutralizar o callar a los periodistas que se atreven a denunciar.