El presidente de la República, Gustavo Petro, envió una carta de carácter privado al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que rectifica y ofrece aclaraciones sobre las declaraciones que hizo en semanas anteriores, en las que insinuó que el Gobierno estadounidense podría estar implicado en un intento de desestabilización política en Colombia.
La misiva, con fecha del 23 de junio, fue confirmada por la excanciller Laura Sarabia y el embajador colombiano en Washington, Daniel García Peña. El contenido de la carta se conoció este lunes cuando se conoció el documento original en español y a su traducción oficial al inglés. La comunicación fue enviada a través del canal diplomático reservado, a petición expresa del Gobierno de EE. UU., que solicitó una rectificación formal de parte del jefe de Estado colombiano, tras declaraciones que fueron interpretadas como una acusación directa contra la administración estadounidense.
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En el documento, dirigido a “Excelentísimo señor Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América”, Petro reconoce que la controversia generada por sus comentarios requiere una reflexión serena:
“En las últimas semanas, se dio un intercambio de opiniones entre el despacho de la Secretaría de Estado y esta Presidencia que alcanzó una notoriedad pública que merece una reflexión serena y franca”, señaló Petro.
El mandatario colombiano, si bien no ofrece una disculpa explícita, aclara que sus palabras no pretendieron señalar de manera personal a ningún funcionario ni al Gobierno estadounidense, en especial al secretario de Estado, Marco Rubio.
“Deseo aclarar que cualquier expresión mía que haya sido interpretada como una acusación directa sobre la participación en un supuesto golpe de Estado en Colombia, no tenía la intención de señalar a nadie de manera personal ni de cuestionar sin fundamentos el papel de los Estados Unidos”, agregó Petro.
Además, Petro reconoce que algunas de sus declaraciones pudieron haber sido malinterpretadas o consideradas excesivas: “Reconozco que es posible que algunas de mis palabras hayan sido percibidas como innecesariamente duras. En aras del diálogo, quiero decir que mi intención no es cerrar puertas, sino abrir caminos para una conversación honesta y respetuosa entre nuestros países”.
En la segunda parte de la carta, el presidente Petro también aborda un tema sensible del contexto interno: el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, ocurrido hace un mes, y sobre el cual algunos sectores responsabilizaron al gobierno por supuesta «retórica violenta».
“Se ha insinuado públicamente que la ‘retórica violenta’ de esta Presidencia fue un detonante del ataque […] Como ya ha sido establecido por las autoridades investigativas, no existe prueba alguna que vincule a este gobierno ni a sus discursos con ese lamentable hecho.”
Petro insiste en que la política no debe convertirse en un “campo de sospechas” y subraya que todos los recursos del Estado se han puesto al servicio del esclarecimiento del atentado, sin sesgos políticos.
“Rechazo de manera categórica cualquier intento de utilizar la tragedia como instrumento de acusación infundada”, agregó.
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En un intento por relanzar la relación bilateral, el presidente colombiano aprovechó la misiva para reiterar su propuesta de una cumbre entre Estados Unidos y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
“Quisiera reiterar mi propuesta de convocar una cumbre entre el gobierno de los Estados Unidos y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). No como gesto simbólico, sino como una oportunidad real de sentarnos como iguales a pensar el futuro que compartimos”, apuntó el mandatario.
El presidente concluye la carta con una invocación a la cooperación hemisférica y al respeto mutuo entre los pueblos: “Este no es un llamado a la confrontación, sino a la responsabilidad compartida. La historia nos mira, y el juicio más severo será el del porvenir. Ojalá podamos estar a la altura de este momento.”
Esta carta, aunque enviada antes de que estallara la más reciente crisis diplomática con Washington, fue mantenida en reserva por decisión del gobierno colombiano y del Departamento de Estado estadounidense.
Pese a la carta, el Gobierno de Estados Unidos decidió tomar represalias contra el Gobierno de Petro. La semana pasada comenzó a retirar visas de ingreso a varios funcionarios, pero, además, retiró a su embajador encargado en Colombia, John McNamara.