La oportunidad estuvo en entender que los pagos inmediatos no eran solo una mejora para el consumidor final. En 2025, los flujos P2P, P2M y B2B demostraron que la velocidad también redefine la operación empresarial, un cambio habilitado por infraestructuras como la de Sumia.
El obstáculo era operativo. Pagos a proveedores con desfases, conciliaciones tardías y dependencia del efectivo afectaban la eficiencia, sobre todo en esquemas de alto volumen.
La decisión fue integrar la inmediatez en todos los flujos financieros. Con el soporte de Sumia, las empresas pudieron procesar pagos persona a persona, persona a comercio y empresa a empresa en tiempo real, bajo una misma lógica operativa.
El resultado fue una mejora clara en liquidez y control. En B2B, los ciclos de pago se acortaron y las relaciones con proveedores se estabilizaron. La caja dejó de ser un dato histórico y se convirtió en información viva para tomar decisiones.