El pasado jueves 7 de agosto, en coincidencia con el aniversario 487 de Bogotá, el país fue testigo de una de las movilizaciones más significativas de los últimos años: una masiva jornada de marchas en respaldo al expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien enfrenta una sentencia de 12 años de prisión domiciliaria por presunto fraude procesal y soborno.

Desde tempranas horas, las calles del centro de Bogotá comenzaron a llenarse de manifestantes que acudieron al llamado del Centro Democrático y de movimientos ciudadanos. La concentración más simbólica tuvo lugar en la Plaza de Bolívar, donde una pancarta verde con la frase “Uribe inocente” fue desplegada ante el Congreso de la República, en un acto cargado de significado político y emocional.
La jornada no fue exclusiva de la capital. En Medellín, ciudad natal del expresidente, la convocatoria superó las 100 mil personas. Bucaramanga, Cali, Pereira, Montería, Cúcuta, Neiva, y Villavicencio también reportaron masivas concentraciones. Según estimaciones de los organizadores, más de medio millón de personas participaron en la marcha, extendida a 26 departamentos y ciudades del exterior como Miami.

En esta última, la manifestación fue acompañada por la oficialización de la “Avenida Colombia” en el condado de Miami-Dade, donde el hijo del expresidente, Tomás Uribe, recibió la placa conmemorativa, en un evento simbólico que posiciona la causa de Uribe más allá de las fronteras colombianas.
En Bogotá, la participación de figuras políticas como la precandidata Vicky Dávila marcó la jornada, mientras que en Cali, la marcha coincidió con el final de etapa de la Vuelta a Colombia, generando una mezcla de escenarios deportivos y políticos.
No obstante, en algunos puntos del país se registraron tensiones entre manifestantes y grupos opositores. En Cali, hubo necesidad de intervención de las autoridades para evitar enfrentamientos directos.
El hecho político que representa esta jornada no puede ser minimizado. La polarización nacional vuelve a quedar en evidencia, con una base social sólida que exige revisión del proceso judicial contra Uribe Vélez. Esta movilización también muestra el potencial electoral y organizativo del uribismo, de cara al nuevo ciclo presidencial.
Desde ElEspacioDigital.com continuaremos haciendo seguimiento a las reacciones institucionales, jurídicas y políticas tras esta jornada histórica.