José Eduardo Chala Franco, el taxista que, el pasado 8 de noviembre atropelló a 11 personas mientras manejaba borracho en San Cristóbal, Bogotá, recibió la imputación de un nuevo delito. Esto, tiempo después de que se confirmara el fallecimiento de una menor de 15 años por este suceso luego de pasar varios días en estado crítico.
El nuevo tipo legal representará un cambio en el tiempo de reclusión que tendrá. El hombre permanece en la cárcel tras aceptar los cargos de tentativa de homicidio y lesiones personales dolosas. Además, luego del siniestro trascendió que era objeto de más de diez comparendos por infracciones. Ahora deberá responder también por homicidio agravado.
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La adición en la imputación respondió al cambio en las circunstancias que lleva el caso. Una niña murió días posteriores y hasta casi un mes después se pudo hacer la suma del delito de homicidio agravado en una audiencia al hombre responsable del mismo.
En esta ocasión, no aceptó el cargo adicionado, pero continuará recluido mientras se agotan las etapas procesales. «Ya no se trataría de una tentativa de homicidio(…) quedando como autor del delito de homicidio agravado consumado a título de dolo», explicó la fiscal encargada del caso.
Los hechos sucedieron el pasado sábado, 8 de noviembre, al sur de Bogotá. Mientras 11 personas caminaban por el barrio, se vieron sorprendidos por un taxi que, a gran velocidad, se precipitó sobre ellos y los atropelló.
De esas once personas, tres niñas eran menores de edad. Dos hermanos fueron los más afectados y permanecieron en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Santa Clara. Sin embargo, Karol Stepanía, de 15 años, no pudo sobreponerse a las fuertes heridas y falleció el 11 de noviembre.
«La causa de la muerte fue un trauma encefálico severo y contundente; la manera de muerte fue violenta en incidente de tránsito», mencionó la representante del ente acusador en la audiencia que se llevó a cabo este 19 de diciembre.
La sustentación de la imputación incluyó, además, la argumentación del dolo, es decir, que el conductor era consciente del peligro que representaba al volante. «Usted es un taxista, sabe perfectamente los peligros y consecuencias de conducir en estado de embriaguez(…) violó varias normas de Transito como señales de ‘pare’ presentes en el lugar de los hechos», señaló la jurista.
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Por otra parte, señaló que el taxista, a pesar de tener conocimiento de los riesgos y responsabilidades al volante, «tomó la decisión de seguir conduciendo en grado de embriaguez 3». A esto se suma la utilización de un vehículo que actuó como instrumento para atentar contra la vida de la menor, hoy fallecida.
El hombre no aceptó los cargos correspondientes a la modificación de la imputación. Con este nuevo delito y su agravante la pena será incrementada. Según el Código Penal, el agravante es por causar el delito en contra de una persona menor de edad y da de 500 a 700 meses de prisión. Es decir, de 41,6 años a 58,3 años tras las rejas.