
La inseguridad no da tregua en Bogotá. En el barrio Diana Turbay, localidad Rafael Uribe Uribe, los habitantes enfrentan una problemática cada vez más recurrente: el hurto de cables de energía en los postes de alumbrado público.
Videos captados por cámaras de seguridad muestran cómo los delincuentes, en horas de la madrugada, llegan en grupos pequeños, escalan los postes y en cuestión de minutos cortan y sustraen metros de cableado, dejando amplias zonas sin electricidad. Los vecinos aseguran que esta práctica se ha repetido tantas veces que la vida cotidiana se ha visto profundamente afectada.
La falta de iluminación en calles y andenes no solo genera incomodidad, sino que facilita la comisión de otros delitos. Comerciantes del sector afirman que la oscuridad se convierte en terreno fértil para atracos, mientras que padres de familia manifiestan su temor por la seguridad de sus hijos en las noches.
“Esto ya es una cadena: roban los cables, quedamos a oscuras, y en esas condiciones aumentan los robos a personas. Es un círculo vicioso que nos tiene atrapados”, explicó un habitante del sector en diálogo con nuestra redacción.
Aunque las autoridades han recibido los reportes, los residentes consideran que la respuesta institucional ha sido insuficiente. Insisten en que es necesario reforzar la vigilancia policial, mejorar los mecanismos de control y buscar soluciones de fondo frente al mercado ilegal de cobre, que alimenta este tipo de delitos en la ciudad.
La situación en Diana Turbay refleja un fenómeno que se repite en diferentes localidades de Bogotá. Los habitantes, cansados de la zozobra, piden que el hurto de cableado deje de ser visto como un simple daño de infraestructura y se atienda como un problema de seguridad ciudadana con efectos directos en la convivencia y la calidad de vida.