Finalizó el paro armado del ELN con cinco muertos y 15 zonas atacadas

El paro armado nacional anunciado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) a las 6:00 de la mañana de este 17 de diciembre, el balance deja cinco personas muertas, entre ellas dos policías en Cali y un civil en Norte de Santander. Se investiga la muerte de dos jóvenes en Cúcuta. Además, una mujer resultó herida por el ataque al peaje de La Lizama, en Barrancabermeja. 

En los tres días de acciones violentas fueron afectados al menos 13 departamentos del país con ataques, bloqueos con explosivos, amenazas y restricciones a la movilidad que impactaron corredores viales, centros urbanos y zonas rurales. 

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La jornada, además de profundizar la afectación humanitaria y de seguridad en varias regiones del país, refuerza el congelamiento del proceso de paz entre el Gobierno y el ELN, una negociación que permanece pausada desde comienzos de este año tras la escalada de ataque en Catatumbo. 

A los hechos registrados en distintas regiones del país se sumaron este martes dos explosiones en el sur de Cali Los estallidos se presentaron en inmediaciones de un Centro de Atención Inmediata (CAI) de la Policía y contra una patrulla que se encontraba en la zona, en pleno desarrollo del paro armado decretado por el ELN. 

Como consecuencia del ataque, los dos policías murieron debido a la gravedad de las heridas causadas por los artefactos explosivos. Las detonaciones generaron pánico entre la comunidad y obligaron al cierre del sector mientras unidades especializadas adelantaban las labores de verificación. 

Las cifras preliminares de las autoridades registran de cerca de 60 ataques de esa guerrilla en puntos de Santander, Norte de Santander, La Guajira, Sucre, Chocó y Antioquia, así como en otras zonas del oriente y occidente del país. 

El atentado en Cali se sumó el ataque del lunes al peaje de La Lizama, en la vía entre Bucaramanga y Barrancabermeja. El hecho dejó una funcionaria herida y obligó a activar protocolos de seguridad

El departamento de Norte de Santander ha sido uno de los más azotados con el paro. En Villa del Rosario y Cúcuta se reportaron hechos violentos, incluido el hallazgo de dos jóvenes sin vida. En Puerto Santander, un ataque a la subestación de Policía, atribuido al ELN, terminó con la muerte del conductor de una ambulancia en medio del fuego cruzado. 

Además, fueron desactivados cilindros explosivos en la vía Cúcuta–Pamplona, se registraron bloqueos en la carretera entre El Zulia y Astilleros y una reducción significativa del transporte público en el eje Cúcuta–Ocaña–Aguachica

En Antioquia, hubo un artefacto explosivo en Copacabana e incineraron un bus en jurisdicción de Valdivia

En Arauca, el ELN atacó con tatucos bomba el Batallón del Ejército en Puerto Jordán, ocurrido el sábado y que dejó daños materiales. Este es el mismo batallón que el ELN ha atacado en al menos dos oportunidades en el último año. 

Grafitis fueron pintados y banderas de esa guerrilla fueron instaladas en carreteras de Arauca, Antioquia y Cauca. En este último departamento también fue hallado un cilindro con emblemas del ELN, lo que obligó al cierre temporal de la vía Panamericana. 

Chocó, otra región de control del ELN, tuvo suspensión total del transporte fluvial y terrestre

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Vera Grabe, jefa negociadora del Gobierno en el proceso de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), dijo que la mesa de paz está preocupada por las afectaciones a la población civil en el paro armado. 

“La mayor preocupación es por la vida de la gente que vive en los territorios y se ve afectada por un paro armado. Y respecto a la mesa de diálogos, la pregunta es si un paro armado se puede interpretar como gesto de querer reactivar la mesa. Es algo paradójico. Sin embargo, hay que insistir en recuperar el diálogo, precisamente para plantear estos problemas: ¿Qué sentido tiene realizar un paro armado, además en una época que debería tener un ambiente diferente a la zozobra y el miedo?”, afirmó. 

Grabe también señaló que el Gobierno siempre insistirá en el diálogo

“El diálogo se realiza precisamente para lograr superar esas situaciones y esos hechos, lo cual no quiere decir que se comparta la manera como el ELN actúa en los territorios. Siempre hemos rechazado sus paros armados, porque es inconcebible que sea precisamente la población la principal afectada de la violencia. Por supuesto, es fundamental que un diálogo de paz signifique en primer lugar respetar a las comunidades en territorio”, aseguró. 

El presidente Petro suspendió los diálogos con el ELN el pasado enero, tras los ataques violentos en Catatumbo y posteriores enfrentamientos con el Frente 33 de las disidencias, que desataron la peor crisis humanitaria de los últimos 20 años. 

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