El ministro de Defensa de Italia calificó de «perversa» la decisión de su país de adherirse a un plan de infraestructuras emblemático chino, mientras el Gobierno sopesa si seguir formando parte del mismo.
En una entrevista con el diario Corriere della Sera, Guido Crosetto afirmó que la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) —a la que Italia se adhirió bajo su anterior gobierno— había ayudado poco a las exportaciones del país.
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La BRI —nombre acuñado por el presidente chino Xi Jinping en 2013— es el programa global de inversión en infraestructuras de Beijing. Se creó para reconstruir la Ruta de la Seda china, conectando Asia con África y Europa con el objetivo de aumentar el comercio y el crecimiento económico.
La iniciativa ha invertido miles de millones de dólares cada año en proyectos de infraestructuras, como la pavimentación de carreteras desde Papúa Nueva Guinea hasta Kenya, la construcción de puertos desde Sri Lanka hasta África Occidental y el suministro de infraestructuras eléctricas y de telecomunicaciones desde América Latina hasta el Sudeste Asiático.
Los críticos ven la BRI como una forma de que China extienda su influencia por todo el mundo. Italia se convirtió en 2019 en el único gran país occidental y el único país del grupo G7 de economías avanzadas en unirse a la BRI.
Crosetto declaró al Corriere della Sera que «la elección de unirse a la Ruta de la Seda fue un acto improvisado y perverso, realizado por el Gobierno de Giuseppe Conte, que condujo a un resultado doblemente negativo«.
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«Hemos exportado un cargamento de naranjas a China, ellos han triplicado sus exportaciones a Italia en tres años. Lo más ridículo entonces era que París, sin firmar ningún tratado, en aquellos días vendía aviones a Beijing por decenas de miles de millones…».
La cuestión ahora, dijo, es cómo puede Italia retirarse de la BRI sin dañar las relaciones con Beijing. Describió a Beijing como «un competidor, pero también un socio«.
La pertenencia de Italia al BRI expira en 2024. A principios de este año, la primera ministra Giorgia Meloni afirmó que era posible mantener «buenas relaciones» con China al margen del plan.