Colombia arrancó con pie derecho su camino en las eliminatorias al Mundial

Barranquilla amaneció en silencio. Eran las siete de la mañana del jueves y sobre el centro de la capital del Atlántico había unas nubes que tapaban el sol de la aurora. Sin embargo hacía calor. Tanto que los carros que recorrían la ciudad de norte a sur llevaban los vidrios, casi siempre polarizados, arriba para que el aire acondicionado hiciera efecto.

Al principio no parecía un día de partido de eliminatoria en el Metropolitano. No se veían turistas comprando camisetas. Tampoco se oía música en las calles. A lo sumo se observaban unas cuantas personas saliendo hacia los trabajos, con la camiseta del elenco nacional.

Pero a las 9:30 a.m., cuando el firmamento ya estaba azul y el sol emanaba un rayo desesperante, de esos que hace que las personas suden incluso cuando están sentadas y que la piel se sienta pegajosa, se empezó a ver movimiento: en los locales comerciales se veían colgadas camisetas (amarillas y vino tinto, para los aficionados venezolanos). “A 75 barras cada una”, decían los venteros en la zona aledaña al parque Suri Salcedo, al centro-norte de Barranquilla.

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Más hacia el norte, afuera del Hotel Dann Carlton, sede de la concentración de la Selección Colombia, no se veía mucha venta de parafernalias alusivas a la Tricolor en las calles. Lo que sí se observaba eran aficionados como Reinaldo Izquierdo, un vallecaucano que con el partido ante Venezuela ajustó 20 veces viajando a Barranquilla a ver a la Selección, parados afuera de la puerta, esperando ver, así fuera por un segundo, a los futbolistas que convocó Néstor Lorenzo para tomarse una foto o que les firmaran un autógrafo.

Durante las primeras horas de la tarde hizo un sol intenso, picante. La fiesta de la Selección se tomó Barranquilla. La ciudad ya no estaba en silencio. Ahora por las calles del sur, cerca al estadio, se escuchaba champeta (africana, aclararon los locales), en los piko, que son los bafles tradicionales de esta zona del país.

Los aficionados, que empezaron a llegar al estadio desde las 3 de la tarde, tomaban agua o cerveza para amainar el calor. La alegría se veía en los rostros de los integrantes de familias enteras que llegaron a La Arenosa desde diferentes partes del país para ver a la Tricolor.

Desde las 4:00 p.m. los aficionados entraron a las tribunas. Unas cuantas nubes taparon el sol y la temperatura bajó. Lo que se mantuvo arriba fue el ánimo de la gente, que desde que los ídolos salieron a calentar empezaron a corear al unísono, “vamos, vamos Colombia”.

Los jugadores saltaron a la cancha. El Metropolitano cantó el himno nacional –interpretado por Jorge Nasra– con el alma. La pelota rodó. El partido empezó. Durante los primeros minutos los hinchas parecían incansables alentando a los futbolistas. Después, al ver que a Colombia le costaba romper el cerco defensivo que puso Venezuela, los ánimos mermaron. La primera parte terminó 0-0.

El entretiempo fue una fiesta. Los hinchas cantaban y bailaban las canciones que ponía la logística del estadio. La misma que se apoderó cuando Rafael Santo Borré conectó de cabeza un centro que le llegó desde la derecha de John Arias y marcó el 1-0 a favor de Colombia. Abrazos entre desconocidos, saltos de emoción, fotos, videos y hasta videollamadas fue lo que se vio después en las tribunas del “Metro”.

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El partido siguió. La noche era cálida. Colombia se acercó al arco, pero no pudo anotar. Después hubo dos ovaciones largas: la primera cuando James Rodríguez ingresó a la cancha. La segunda en el momento en que Luis Díaz salía hacia el banco de suplentes.

Faltando cinco minutos para que terminara el juego un aficionado, que logró entrar un bafle a la gradería occidental, puso a todo volumen la canción “En Barranquilla me quedo” del Joe Arroyo. La afición empezó a cantar el coro de la canción, como un presagio de lo que pasaría después del final del partido: los tres puntos se quedaron en la casa de la Selección y la emoción, la felicidad, también. Muchos hinchas salieron para los rumbeaderos de la “Arenosa” a seguir la fiesta que empezó el fútbol. Barranquilla ya no estaba en silencio.

La Selección Colombia venció a Venezuela en el inicio de las Eliminatorias al Mundial 2026 en el estadio Metropolitano de Barranquilla.
El tanto del equipo nacional fue obra de Rafael Santos Borré, de cabeza, en el arranque del segundo tiempo, y de esta manera la Tricolor sumó sus primeros tres puntos en el camino al Mundial de Canadá, Estados Unidos y México 2026.

Borré se convirtió en el jugador que hizo el primer tanto en todas las eliminatorias para el próximo Mundial, reseñó la Fifa en sus redes sociales.
El triunfo resultó corto en el resultado, pues el equipo que orienta el argentino Néstor Lorenzo legó en varias ocasiones con posibilidades de gol por intermedio de Luis Díaz, Juan Guillermo Cuadrado y Jáder Durán.

Lorenzo dirigió el noveno partido con Colombia: 7 victorias y dos empates. El único juego oficial, el de este jueves ante Venezuela que al comienzo mostró resistencia y llegó claro al arco de Camilo Vargas.

El próximo partido de Colombia será el martes ante Chile, en Santiago.

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