Jorge Iván Ospina toca insistentemente las puertas de las casas ubicadas al oriente de la ciudad: ¿Qué paso vecino? ¿Te levanté?, pregunta el alcalde de Cali. La mayoría, aun sin terminar de despertar, se ven gratamente sorprendidos y sonríen, a la vez que reciben en su domicilio un mensaje de esperanza y de solidaridad. Allí, se vuelca la institucionalidad caleña a las calles, especialmente a aquellos territorios con mayor grado de vulnerabilidad.
Cerca de 3.000 mercados fueron entregados en Brisas de Comuneros, “Haití”, Las Palmas y El “Valladito”, este último, catalogado como el asentamiento subnormal más grande de la capital vallecaucana. “Estamos garantizando la alimentación de nuestro pueblo”, explica Ospina. Hemos llegado a las cuatro de la mañana, con esfuerzo de muchos organismos, la Policía, el Ejército, la Pastoral, las iglesias cristianas.
Y cuando va amaneciendo, Carlos Alberto Rojas Cruz, secretario de Seguridad y Justicia explicó que las comunidades no se deben desesperar frente a las entregas, no se van a utilizar intermediarios y se está realizando el proceso directamente desde la Alcaldía, recordando que el ejercicio, antes que ser interinstitucional debe ser de mucho respeto con nuestra comunidad.
El alcalde no ha descuidado un solo detalle; el día anterior, visitó la zona en compañía de diversos liderazgos, no sólo para el proceso de planificación sino para garantizar que ningún hogar se quede descubierto y cuente con su asistencia alimentaria: “una cosa es decirle a la comunidad que se quede en casa si tiene recursos para alimentarse, pero otra es decirle que lo haga cuando hay hambre”, explica, evidenciando la importancia de contar el aseguramiento alimentario como aliado en la lucha contra el Covid-19, con el propósito que la comunidad pueda entender la situación por la que atravesamos, así como la importancia del aislamiento.
“Buenos días, ¡soy Ospina para servirle!, vine a traerle un mercado, evite salir de la casa”, fue el saludo que escucharon cerca de 350 personas que lo acompañaron. Se entregaron mercados sin distingo alguno; poblaciones provenientes de Venezuela y del litoral Pacífico, entre otros, quienes además de recibir su ración alimenticia, también dialogaron sobre las diversas problemáticas de su territorio, en materia de servicios públicos, vivienda, salud, entre otros.
Daniela Rosales, fue una de las lideresas que le cumplió la cita a Ospina y lo acompañó durante toda la jornada, guiándolo por el territorio. Tiene 20 años, vive con su mamá y sus hermanos, explica que ya todos tienen hijos y como resultado tiene 7 sobrinos; “todos tienen hijos menos yo, sigo formándome para ayudar a los demás”.
Jorge Iván, enamorado de Cali y profesional de la salud, está humanizando a Cali; en sus recorridos disfruta encontrarse y dialogar con personas nobles y trabajadoras, sabe que muchos son informales, “viven al día”.