Relato de un curioso hecho

Gracias a Enelda Mendoza Orosco, funcionaria de la Universidad de Cartagena, que me recordó este hecho y que me pidió lo relatara, hoy Domingo. Ella supo de este acontecimiento, y que hoy lo relato con mucho gusto y, como un hecho anecdótico agradable, simpático, pero al mismo tiempo desconcertante por su final inesperado. Que sirva pues de razón para dominar mejor las reacciones y los impulsos emotivos que producen aveces las figuras artísticas de renombre mundial .

Era por allá el año de 1965 aproximadamente, cuando en una de esas frescas mañanas de abril, entró por la puerta principal de la Universidad de Cartagena, como por sorpresa, un ciudadano bajito, si acaso de 1.68 centímetros de alto, de contextura atlética, que vestía una camisa blanca, y un pantalón a cuadrados, tipo inglés, de color marrón con blanco. Estaba camuflado, por su aparente y descomplicada vestimenta. Yo estaba esperando al Dr Roberto Burgos Ojeda, y al profesor Hall. El gringo se me acercó y me dice: (traducido del ingles). Buenos días amigo. Igual cosa le respondí. Podría indicarme cómo hago para llegar a la dirección de la Universidad?- Yo le respondí, si señor Douglas, yo le llevo. Y… con una sonrisa amable, y amistosa me puso la mano al hombro y con un gran sentido del humor acotó. Y… cómo sabe que soy yo? yo le respondí: BECAUSE,THE NAVEL WAS PUT ON THE CHIN. ( traducción) Porque su ombligo se le subió al mentón de su barbilla. JAJAJAJ, la risa fue tan demostrativa, que no podía aguantar la risa por mi ocurrencia de estudiante, que le había identificado más por su barbilla partida y no por sus ejecutorias de protagonista. Lo llevé a la Rectoría, en ese entonces en manos del Dr Elias Ramón Maciá. Mi padre en ese momento se encontraba momentáneamente reemplazándolo, por ausencia del titular que estaba por fuera del país.

Comenzaron a conversar, y Kirk, supo que yo era hijo de quien en ese momento era el rector de la Universidad. Allí hablaron en el idioma del visitante, y el tema central radicó, en el interés que tenía, Mr Douglas, en filmar y protagonizar una película de nombre SIMÓN BOLIVAR, razón por la cual recurrió al escenario académico para orientarse. El Rector le dio todas las indicaciones necesarias y le hizo una pequeña semblanza del libertador,pero lo remitió supongo, a la academia de Historia. Le dio pues todos los contactos requeridos para que se llevara la mayor información. Los estudiantes, ya se habían enterado de la presencia del famoso actor, que llegó al claustro de San Augustin, sin escoltas, ni nada que se parezca. Mi padre lo acompañó hasta el comienzo de las escaleras de bajada, y allí se despidieron con un apretón de manos,y sonrisas. Yo me encargué de acompañarlo hasta la puerta de salida de la Universidad. En ese trayecto, ya los estudiantes parecían enjambres de abejas, que debido a los comentarios entre ellos mismos, parecían ventilarse entre si, como lo hacen las abejas para refrescarse, acá era para chismocear.

No propiamente era una calle de honor, sino de curiosidad y de arrebatos por abordar al Actor, que hoy tiene 103 años, y que tiene una mente clara, pese a un derrame que logró superar, que solo le dejó una pequeña afección en el habla. Pues bien, Mr Douglas, no tuvo inconveniente sentirse rodeado,entre estudiantes, que trataban de hacerse entender, lo que parecía mas un dialogo entre un indio piel roja, con un arahuaco. Parecian karatecas por la cantidad de señas entre si, que también utilizó Kirk, para comunicarse. Siempre lo identificó una sonrisa maliciosa y pícara. Él se estaba amañando por el despertar de una juventud amable, y amistosa,. Pero todo terminó, cuando un imprudente estudiante, al momento de partir, le agarró las nalgas, mano abierta y con servicia, y el actor le dijo: NO TE ATREVAS A REPETIR TU HAZAÑA. Y salió desconcertado. Algo furioso y alarmado. La película nunca se filmó, ni regresó a Colombia, que yo supiera. A mi personalmente como estudiante, me produjo un gran malestar, al confundir el atrevido irrespeto con una hazaña, dejando el nivel de educación del plantel por debajo, y en especial el del país. El joven estudiante, confundió esa falsa hazaña, que estimó como un chiste, con una nota pésima de salvajismo, de irrespeto, y de muy mala educación.

Hoy, no sé, si el agarre solo llegue hasta las nalgas, o le bajan los pantalones, o le agarren los testículos, o la vagina, dependiendo de la tendencia hormonal del atrevido. Lo cierto es que si ayer no ocurrió nada que lamentar, hoy quien sabe si ocurra una tragedia.

Enero 26 de 2020. sengove.- Senen González Velez

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