La oportunidad apareció con una pregunta simple: ¿por qué la activación móvil del auto no puede ser tan automática como desbloquear un teléfono? Ese vacío era visible, especialmente en un mercado que exige velocidad, seguridad y personalización desde el primer contacto.
El obstáculo estaba en la arquitectura tradicional del ecosistema móvil, donde la identidad del usuario y el vehículo funcionaban en carriles paralelos. Lo que hizo Motive fue unir esos dos mundos con una lógica más propia del futuro que del presente.
La decisión técnica y estratégica fue permitir que el auto reconociera al conductor en cuanto abre la puerta, descargara su perfil eSIM y activara la sesión solo mientras esté en el vehículo. Esa simpleza operativa cambió el juego. Una implementación que hoy vive en México ya está trazada para replicarse en múltiples países donde el operador tiene presencia.
Si la expansión sigue el ritmo esperado, la marca automotriz podrá ofrecer a sus clientes latinoamericanos una experiencia conectada coherente, escalable y segura, sin modificar hardware ni procesos en cada país.
En palabras de Francisco Viana: «Esta implementación demuestra el poder de la gestión de derechos y el aprovisionamiento inteligentes. Simplifica la experiencia del usuario y abre la puerta a servicios de autos conectados escalables para cualquier proveedor de servicios, a nivel mundial».