Durante los últimos dieciocho meses, la Fuerza Pública ha ejecutado once operaciones aéreas de precisión en distintas regiones del país, dentro de lo que se conoce como misiones Beta. Estas acciones marcan un giro en la estrategia militar adoptada al inicio del actual gobierno, cuando el presidente Gustavo Petro había restringido los bombardeos en zonas donde pudiera haber presencia de menores de edad en los campamentos de grupos armados.
La más reciente operación se llevó a cabo a comienzos de octubre en límites entre Amazonas y Caquetá, donde fueron neutralizados diez integrantes de la estructura ‘Jhonier Arenas’, señalada de pertenecer a las disidencias del Estado Mayor Central (EMC). Según el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, de las once misiones ejecutadas, cinco se han dirigido contra las disidencias de ‘Iván Mordisco’ y seis contra estructuras del ‘clan del Golfo’, cinco de ellas durante el año 2025.
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Las operaciones de este año se han concentrado principalmente en el nordeste antioqueño. Entre marzo y agosto se registraron acciones en Segovia, Tarazá, Briceño y Zaragoza, zonas de influencia del “Clan del Golfo”. En esas misiones fueron neutralizados 30 presuntos integrantes del grupo armado —24 muertos en desarrollo de operaciones militares, cinco capturados y uno sometido—, además de la incautación de 40 armas de fuego, más de 15 mil unidades de munición y 322 artefactos explosivos improvisados.
Entre los objetivos neutralizados figuran cabecillas de relevancia operativa, como alias ‘Neimar’, ‘Esneider’, ‘Hitler’ y ‘Stiven’, señalados de liderar comisiones adscritas a las subestructuras Jorge Mario Valle y Julio César Vargas del “Clan del Golfo”. La Fuerza Pública considera estas bajas como un golpe a la capacidad de coordinación y movilidad de la organización en el Bajo Cauca antioqueño.
Sin embargo, fuentes de inteligencia militar reportaron que, de acuerdo con monitoreos técnicos y humanos, el número de integrantes muertos en desarrollo de las operaciones podría superar los registros oficiales, al estimarse en alrededor de 42 combatientes neutralizados. El cálculo se sustenta en interceptaciones y comunicaciones internas de los grupos armados, que habrían confirmado la pérdida de varios miembros cuyos cuerpos no pudieron ser recuperados tras los bombardeos.
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La dinámica de los actores armados también ha cambiado frente a la presión de las misiones Beta. Disidencias y estructuras del ELN estarían operando en grupos pequeños, con movimientos constantes para evitar confrontaciones directas. En los informes de campo se advierte que emplean menores de edad como escudos humanos e instalan artefactos explosivos para obstaculizar el avance de las tropas.
Por su parte, el “Clan del Golfo” habría adoptado tácticas de camuflaje civil y ocupación de viviendas, escuelas rurales y centros poblados para proteger sus posiciones. Según las autoridades, estos grupos han recibido instrucciones de moverse en grupos reducidos y mantener presencia de menores en sus filas, buscando impedir nuevas operaciones aéreas de precisión por parte de las Fuerzas Militares.