Desde pequeños nos han repetido que beber agua es fundamental para la salud; sin embargo, en las últimas décadas, la contaminación por plásticos se ha convertido en una preocupación ambiental crítica, ya que estudios recientes han detectado microplásticos en una variedad de fuentes de agua potable en todo el mundo, sin mencionar los contenidos en los envases plásticos de un solo uso.
Estas diminutas partículas pueden tener un tamaño menor a 5 milímetros y son provenientes de diversas fuentes, alguna de ellas se generan a partir de la degradación de productos plásticos más grandes como bolsas, botellas y redes de pesca, los cuales se han encontrado en diversos ecosistemas acuáticos, desde ríos, lagos y hasta los océanos más profundos.
Esto ha generado que silenciosamente el ser humano consuma grandes cantidades. Investigaciones por encargo de WWF y realizada por la Universidad de Newcastle, Australia, revelaron que en solo una semana se consumen aproximadamente 5 gramos de plástico, 21 gramos en un mes, 250 gramos en un año y hasta 20 kilogramos durante toda la vida. Ante esto surge una pregunta inquietante: ¿es realmente segura el agua que consumimos?
De acuerdo con Rodrigo Serres, Director de Culligan para Latam, empresa multinacional especializada en soluciones de tratamiento de agua, “en Colombia actualmente se consume agua potable más no purificada, esto quiere decir que el acueducto de cada una de las ciudades garantiza que está dentro de los estándares donde el ser humano puede tomar el agua y no nos va a causar una enfermedad grave, pero sí puede generar una enfermedad”.
Y es que al no ser purificada, este precioso líquido puede no ser tan beneficioso para la salud. Sin embargo, la tecnología ha permitido que empresas como Culligan, inviertan y desarrollen en tecnología de punta, la cual brinda a través de sus sistemas la purificación del agua al 99,9999%, eliminando virus y bacterias de manera efectiva, además de microplástico, proporcionando así productos de alta calidad y acceso a agua pura para todos.
Esto ha sido de vital importancia ya que, en el caso de Colombia, un país con más de 50 millones de habitantes y en donde algunas regiones solo el acceso al agua potable sigue siendo un desafío, hoy alrededor de 11,8 y 19 millones de personas podrían enfrentar riesgos debido a la baja calidad del agua. Y aunque el cuerpo humano puede expulsar algunas partículas de otras pueden acumularse en los tejidos generando posibles impactos en la salud como:
- Inflamación y daño celular: Pueden causar inflamación y daño a las células del tracto gastrointestinal.
- Exposición a sustancias tóxicas: Los microplásticos pueden transportar contaminantes químicos, exponiendo a los humanos a sustancias tóxicas como pesticidas y metales pesados.
- Alteración del microbioma intestinal: Puede afectar la composición del microbioma intestinal, contribuyendo a desequilibrios asociados con diversas enfermedades.
- Interferencia en la absorción de nutrientes: Los microplásticos pueden interferir con la absorción de nutrientes en el intestino, provocando posibles deficiencias nutricionales.