Al alcalde de Barranquilla le realizaron “cacerolazo” a las afueras de su casa

Más de 70 personas se reunieron en la noche del martes a las afueras de la casa del alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, con ollas en mano, para llamar su atención sobre los problemas que desde hace tres años enfrentan los habitantes del barrio Rebolo, tras las obras de canalización del arroyo Hospital.

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Desesperados, estos pidieron soluciones, pues aseguran que los residentes de al menos diez calles quedaron con sus casas por debajo del nivel del pavimento, por lo que cada vez que llueve, terminan inundados.

“Este rebosamiento de agua lo que hace es inundar las viviendas. El distrito había quedado en hacer un levantamiento de las viviendas por esa mala afectación y en este momento hay una sentencia de la Corte, pero eso no se ha subsanado. Se hicieron algunos levantamientos de vivienda, pero eso todavía no está subsanado”, indicó Arlels Arrieta, habitante del sector y líder social.

Hasta con baile de polleras protestaron estos ciudadanos, para quienes no puede ser tomado como un Carnaval el manejo de la crisis con estas familias de escasos recursos a quienes también les ofrecieron desde la Alcaldía, la compra de sus viviendas por montos entre los $21 y $50 millones de pesos. Una suma que para ellos es “irrisoria”, pues con eso no pueden comprar una casa nueva.

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Este ‘cacerolazo‘ fue la segunda protesta realizada a las afueras de la casa del alcalde en menos de una semana, siendo que, a pesar de las reuniones con funcionarios del Distrito, aún no hay acuerdos.

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