Orden terminante del Presidente: ‘ni una tonelada más de carbón de Colombia a Israel’

Así lo dispuso el jefe de Estado este miércoles mediante llamado perentorio a las ministras de Comercio (Diana Marcela Morales Rojas) y de Ambiente (Lena Yanina Estrada Añokazi), para no ir “contra la humanidad y contra la vida”.

En el cierre de la Primera Cumbre de Financiamiento para las Transiciones Energéticas, el mandatario instruyó a sus funcionarios a corregir los esguinces jurídicos de un decreto que permite excluir a los exportadores de carbón de la prohibición presidencial.  

El evento se llevó a cabo en el marco de la VII de Reunión de Ministros y Ministras de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac) en Bogotá. Allí pidió a las titulares de ambas carteras sustentar la orden presidencial en el convenio firmado por el Estado colombiano con la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde “hay una cláusula que dice que todo tratado que se haya hecho con un país que infringe el derecho internacional, finaliza”.

En su intervención exhortó a los ministros de la Celac reunidos a consultar la conveniencia en sus países de usar el mismo tratado con la OMC. 

Además del Tratado con la OMC, dijo que el país está obligado a frenar las exportaciones de carbón a Israel como firmantes del Estatuto de Roma –que permitió la creación de la Corte Penal Internacional–. “que dice que, si hay un criminal de guerra gobernando, no debe salir una sola tonelada de carbón a Israel de Colombia”. 

Impartió también instrucciones para que representantes del Gobierno de Colombia se dirijan a sus homólogos de Suiza por los canales diplomáticos respectivos, para frenar los envíos de la multinacional Glencore, “que está llevando el carbón colombiano por barco y están haciendo las bombas C con el carbón colombiano, cuando el presidente decretó que no”.

Incluso apeló al pueblo wayuu, que habita en La Guajira y donde está el yacimiento explotado, a que “si sigue saliendo carbón por el Cerrejón de Drummond y de Glencore para Israel, bloqueen, porque es una orden de la ley mundial y nacional”. 

De la misma manera se dirigió a los directivos de las multinacionales, para que dispongan de toda la infraestructura “que tienen inutilizada, propiedad colombiana: el ferrocarril, el puerto en Villa Portete, el ferrocarril entre Chiriguaná y Santa Marta y la pista aérea internacional, donde no vive nadie, pero es el lugar más hermoso de Colombia, en el norte de la Guajira, esas obras que no se utilizan ya para el carbón, que se utilicen para la sociedad colombiana”. 

Se mostró dispuesto “a cambiar unilateralmente el contrato de concesión” y enfrentar posibles acciones judiciales, “porque van a decir que nos van a demandar en los tribunales internacionales. Sí, pero la cláusula del tratado de la OMC rige sobre todos los centros de justicia internacional, estatales, públicos o privados. Veremos esta pelea por la vida hasta donde llegue”.

Instó a superar el modo de producción con energía fósil y enfatizó que “no puede el señor C (de carbono) mandar carbón a Israel. No podemos seguir bajo la palabra falsa de renovable, consumiendo energía C. La transición es cada vez menos C, cada vez más energía limpia. Esa es la fórmula”.

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