Madre del pequeño Lyan José Hortúa revive los momentos de horror del secuestro de su hijo

Madre del pequeño Lyan José Hortúa revive los momentos de horror del secuestro de su hijo.

Angie Bonilla relató entre lágrima en el pódcast Más Allá del Silencio con Rafael Poveda, cómo vivió el secuestro de su hijo Lyan José Hortúa en Jamundí y respondió a las versiones que relacionaban este hecho con el narcotráfico.

El secuestro de Lyan José Hortúa Bonilla ocurrido el 3 de mayo de 2025 en Jamundí, Valle del Cauca, conmocionó al país. Esa noche, varios hombres encapuchados irrumpieron en la vivienda de su madre, Angie Bonilla, y se lo llevaron a la fuerza.

“Mi hermano vio algo por la ventana y gritó: ‘¡Corran, que se nos metieron!”, recordó Angie en entrevista con Rafael Poveda en el pódcast Más Allá del Silencio.

“Salgo corriendo por la parte de atrás, donde había mucha maleza. Me subí esa pared sin saber cómo. Cuando logro subir el muro, suenan los disparos. Yo gritaba: ‘¡Por favor, ayúdeme, mi familia está allá!”

Angie Bonilla: “No me escondí, corrí a buscar ayuda”

La madre enfatizó que jamás se escondió, como se dijo en redes, sino que corrió a pedir auxilio. “Juzgar y criticar detrás de una pantalla es muy fácil. Yo nunca me escondí. Corrí a buscar ayuda porque creí que así podía salvar a mi familia.”

Su intención, explica, fue alertar a los vecinos mediante un grupo de mensajería de la unidad residencial. “Nunca fue como la gente pensaba. Fue a buscar ayuda, no a huir.”

El caos fue total. “Tenía heridas por todo el cuerpo y no me dolían. Solo pensaba si Lyan dormía, si comía, si estaba bien.” Su estado emocional se agravó tanto que fue hospitalizada. “El psiquiatra me sedó tres días porque no podía dormir ni comer. Era una angustia constante”.

El hecho fue grabado por una cámara de seguridad y el video se viralizó. La ONU exigió su liberación inmediata, pero el pequeño solo regresó a su hogar 18 días después, el 21 de mayo.

Las versiones y la verdad detrás del secuestro

Sobre las versiones que surgieron tras el rapto del menor. Y en las que se ha relacionado que el plagio obedeció a una supuesta deuda millonarios entre organizaciones criminales y José Leonardo Hortúa Blandón, alias “Mascota”, padre del menor, asesinado en 2013. En la conversación con Rafael PovedaAngie fue tajante al rechazar esas versiones.

“Nunca supe, Rafa. Nunca supe y no he sabido por qué. Porque nada de lo que se especuló era cierto”, afirmó.

Bonilla recordó que conoció a al padre de sus hijo en 2010, cuando ella tenía 19 años. Según explicó, lo conoció mientras su madre estaba en una clínica y él enfrentaba graves problemas de salud. “Yo conozco al papá de mi hijo en el 2010… él tenía algunas situaciones de salud graves… Después supe que tenía orden de captura”, relató.

El dibujo que lo dijo todo

Semanas después del reencuentro, Angie encontró algo que la desarmó. Entre los cuadernos de su hijo, un dibujo relataba esa tragedia.

“El otro día nos encontramos un dibujo con una carta atrás… era la imagen de cuando salió con las manitos arriba. Me dijo que fue el momento donde sintió más miedo, porque no sabía qué se iba a encontrar”, narró a Poveda.

En el papel, Lyan dibujó su recuerdo más doloroso: el instante en que salió de su habitación con los brazos abiertos, tratando de mostrar que era solo un niño. Para Angie, esa hoja simboliza todo lo que su hijo calla y todo lo que ella aún intenta sanar.

“Sanar es muy duro”, dijo. Verlo desde afuera es fácil, pero vivirlo te rompe el alma. Ese dibujo me recordó que el miedo también deja huellas en los niños”, concluyó.

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